En el marco del balance de los ejercicios militares en Venezuela, Nicolás Maduro habló desde el Puesto de Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb). Dijo que ordenó continuar con la Alerta Naranja, en su fase dos, a la vez que aseguró que “ningún grupo armado puede andar en territorio venezolano y para eso tenemos una poderosa Fuerza Armada Nacional Bolivariana”.
Al manifestar eso ante el Alto Mando Militar ampliado, se constituye en una orden para toda la Fuerza Armada (FANB), que 24 horas después parecía no darse por notificada, aun cuando Maduro colocó en un tuit: “En ejercicio pleno de nuestra soberanía nacional, he decidido continuar con el Alerta Naranja y con una FANB activa y desplegada, frente a las constantes amenazas que hace el gobierno de Colombia contra Venezuela. No permitiremos que ningún grupo armado agreda a nuestra Patria”.
Algunos de los esfuerzos que los militares hacen para presentar estadísticas que justifiquen su actuación se limitará a las acciones ante delitos menores o contra paramilitares, pero no contra las guerrillas que tienen tomado gran parte del territorio nacional. Menos aún después de que la última acción, donde murieron unos guerrilleros de las FARC en el estado Zulia, fue adelantada por un general que a los pocos días fue señalado de relacionarse con el narcotráfico, expulsado del cargo como jefe de la Zona Operativa de Defensa Integral (Zodi) y permanece detenido.
Tampoco a Padrino
El 5 de abril 2019 el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, ordenó a toda la estructura de la Fuerza Armada, a través del radiograma Nr. 1011, actuar firmemente “contra cualquier grupo armado que opere al margen de la Ley”. Nada pasó en la institución armada, por lo menos en cuanto a expulsar del territorio a la guerrilla colombiana. Seis meses después Nicolás Maduro repite la orden. Pero sino lo hicieron con el ministro de la Defensa que, para ese momento, gozaba de bastante prestigio y apoyo en el Gobierno, menos lo harán ahora.
En esa oportunidad, el radiograma dirigido a la institución armada destacó que “la FANB apoya irrestrictamente las decisiones del ciudadano Nicolás Maduro Moros, presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, nuestro Comandante en Jefe, en cuanto a la participación del pueblo organizado para garantizar la paz de la nación y actuará firmemente contra cualquier grupo armado que opere al margen de la Ley”.
Ahora Maduro dice, ante el Comando Superior y jefes de las Regiones de Defensa Integral (REDI), en el marco del balance de los ejercicios militares que concluyeron hace días: “Felicitaciones a nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana a sus cuatros componentes: Ejército, Armada, Aviación y Guardia Nacional Bolivariana y a la Milicia Nacional Bolivariana, felicitaciones”, dijo a la vez que aseguró que la Fuerza Armada está unida, cohesionada, leal y lista para el combate en defensa de la paz y de la soberanía territorial.
Dijo que “hemos aprobado un conjunto de recomendaciones para mantener como permanente las medidas de alerta y vigilancia frente a las amenazas externas, que nos vienen de Colombia, de donde viene la violencia, tráfico de droga, tráfico de combustible, los grupos armados de todo signo, el secuestro y todos los delitos binacionales y transnacionales”.
Guerrillas y paramilitares
Nicolás Maduro dijo que “todas las guerrillas y grupos paramilitares que han existido en Colombia son un fenómeno colombiano, que debe resolver el estado colombiano, por la vía constitucional, política, diplomática o por las vías que elija dentro de Colombia”. Para Venezuela no ha sido secreto alguno la existencia de la guerrilla como de los grupos paramilitares, pero desde la llegada de Hugo Chávez al poder, tanto las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como el Ejército de Liberación nacional (ELN), se sintieron más cómodos ante la inacción que contra ellos hubo por parte de la FANB. Con el tiempo, esa situación se convirtió en algo más que en tolerancia y pasó al plano de la participación conjunta de funcionarios militares con guerrilleros y paramilitares colombianos.
Aunque Maduro asegura que “todas estas amenazas y el conocimiento que tuve de los planes para crear un falso positivo y traer la guerra colombiana a territorio venezolano, me llevó a tomar esta decisión fundamental de activar la operación militar Soberanía y Paz 2019 y demostró la capacidad”, la verdad es que los ejercicios militares no significaron más que el enseñar el equipamiento militar venezolano ante una Colombia que no busca ni necesita en este momento una confrontación con Venezuela.
Observamos que el jefe del Ejecutivo Nacional manifestó satisfacción porque “después de estas tres semanas de ejercicios militares, estamos en mejor capacidad que nunca en 200 años para defender el territorio de Venezuela la soberanía y la paz del pueblo de Venezuela”.
No hay ningún militar sensato que crea eso. “Continuemos la marcha de una Venezuela que sueña con un mejor futuro y ama su derecho a la paz. Que no se mete con nadie, pero que está dispuesta a defenderse”. Esa aseveración de Maduro, pone a temblar a los oficiales más conocedores de la institución armada, esos que desconfían del apresto operacional de la FANB en estos momentos, que saben la imposibilidad de detener la deserción, que conocen lo que está sucediendo con la tropa en la frontera, donde la gran mayoría de los militares considera una necesidad justificada vender la gasolina de contrabando, para redondearse el salario. Esa es la Fuerza Armada a la que Padrino López y Nicolás Maduro le dan órdenes que no está en capacidad de cumplir.
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