En 1938, la por entonces municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires le concedió a la Policía Federal un predio de ocho hectáreas en un área que 81 años después se convirtió en un espacio neurálgico del barrio de Palermo, estratégico y codiciado por los emprendedores inmobiliarios. Un proyecto de ley presentado por el gobierno porteño pretende la “rezonificación” del lugar, desafectar las tierras del uso actual, venderlas y avalar la construcción de torres de 150 metros. Lo hizo sin consultar a sus históricos administradores: la Policía Federal Argentina.
“La posición es de total desacuerdo con el proyecto. Nos causó sorpresa y estupor la noticia. Conocíamos las potenciales pretensiones pero estimábamos que no iban a ser llevadas a cabo”, se pronunció Néstor Roncaglia, jefe de la fuerza, en diálogo con Infobae. Su posición refuerza los fuertes cuestionamientos de especialistas, urbanistas, organizaciones no gubernamentales, opositores que validan lo que Luis Baer, investigador del Conicet y del Instituto de Geografía, calificó como “una política urbana de suelo, la parte de una saga de subastas compulsivas de inmuebles de la Ciudad«.
El jefe de la fuerza ensayó un breve repaso de la historia del cuerpo policial para responder a las acusaciones de quienes cuestionan la productividad del cuartel: “La PFA está en este predio desde 1938 y todo lo construido, así como está hoy, lo hizo la fuerza. La institución cumplió este año 198 años. Durante 196 años cuidamos a los porteños, al ciudadano de la gran capital argentina, y desde 1943 somos federales en todo el país. En ese trabajo se pudieron haber cometido errores, pero fuimos siempre los que cuidamos a los porteños. Muchos recuerdan al famoso vigilante de la esquina, al oficial amigable, solidario y buen tipo. Los tiempos cambiaron y nos dividieron, casi compulsivamente, y hoy somos federales en todo el estado. Este gran esfuerzo en la seguridad de Estado se centró en las instalaciones del cuerpo de Policía Montada, lo que equivale a decir que no solamente hay caballitos, como se insinuó por ahí, y que sí, están estos nobles animales que en su momento patrullaron la ciudad cuando ni siquiera había calles, sino que actualmente se hallan funcionando 35 dependencias con 2.428 policías”.
“También nos llamó la atención que el proyecto justo se presente después de las elecciones y que sea tratado con tanta celeridad”, dijo Néstor Roncaglia, jefe de la PFA
El artículo 18° del proyecto plantea que lo resultante de las ventas de las parcelas de tierra para inversores privados será destinado, entre otras opciones, “al financiamiento que pudiera ser necesario para el cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 17° de la presente (la relocalización de las dependencias de la Policía Federal)”. Roncaglia reveló que nunca le consultaron por la propuesta de traslado ni sobre los hipotéticos nuevos establecimientos.
“¿Por qué nos tendríamos que ir después de haber estado 81 años en un lugar cedido para que nos ocupemos de la seguridad de los vecinos?”, se preguntó el jefe de la PFA. También habló de un sentido de pertenencia del espacio, donde -describió- “siempre nos comportamos como los dueños del lugar”. Dijo que la presencia allí es estratégica en términos de seguridad y proyección de misiones internacionales y cuestionó a quienes lo tildaron de obsoleto. “Es increíble: existe una perfecta combinación de lo histórico con lo moderno, es un lugar muy armónico”, expresó.
En el Polo de Seguridad de la Policía Federal habitan inmuebles con protección patrimonial designados bajo los nombres pabellón Picadero, pabellón de servicios médicos, pabellón de oficiales, guardia de prevención, pabellón de cocina y anexos. En los edificios se distribuyen la Dirección General de Fuerzas de Operaciones Especiales, el departamento de Unidad de Investigación Antiterrorista, el departamento de Ciberdelito, la unidad de Secuestro Extorsivo, el departamento Cuerpo de Prevención y Contención, la División Investigación Federal de Fugitivos, el departamento de Protección de Personas, la Agencia Regional Buenos Aires para América del Sur financiada por Interpol y, claro, el departamento de la Policía Montada. En el predio también funcionan consultorios médicos asistenciales a personal de la fuerza y allí se brinda un servicio de equino-terapia abierto a toda la comunidad.
“Yo, como Jefe de la Policía, y toda la Institución no estamos de acuerdo con este proyecto para despojarnos de un espacio que nos fue cedido hace 81 años. Por eso ya iniciamos acciones legales para evitar esta medida”, anunció. Y concluyó su posición con un mensaje indirecto hacia la voluntad del gobierno porteño de vender el cuartel policial: “Escuché por ahí que los intereses económicos no deben avasallar a la historia, el honor, al hombre, a la tradición y a las Instituciones”.
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