A media mañana, con una Casa Rosada casi en silencio, concentrada en las negociaciones de Alberto Fernández para asegurar la sanción definitiva a la Emergencia Económica, Eduardo “Wado” de Pedro salía tranquilamente con su mochila al hombro para dirigirse al Congreso. Pero su tarea nada tenía que ver con la agenda central que le interesaban a los medios por esas horas, porque en el Gobierno las responsabilidades se dividen y cada uno sigue una lógica ordenada, sin meterse en los objetivos del que está al lado.
La tarea que le tocó al Ministro del Interior es garantizar que la addenda que suspendió el Consenso Fiscal 2017 de reducción paulatina de impuestos que llegó al Congreso en el paquete de leyes que envió el Ejecutivo en extraordinarias se votara sin contratiempos. Como es una modificación a una ley, la 27429, cualquier modificación debe ser aprobada también por ambas cámaras, por eso el Poder Ejecutivo envió en el paquete de sesiones extraordinarias esta nueva norma modificatoria.
En el Congreso, De Pedro se enteró que el miércoles a la noche (la firma se concretó el martes) la Legislatura cordobesa avaló la modificación como un gesto hacia el nuevo gobierno de parte del gobernador Juan Schiaretti, que el año pasado intentó vanamente que se suspendiera la rebaja de ingresos brutos, lo que nunca fue avalado por Mauricio Macri. Se supone que una vez que el Congreso apruebe la ley con la addenda, cada Legislatura seguirá por el mismo camino, que supone mayor recaudación, pero también la suspensión de los juicios contra el Estado nacional y la constitución de una comisión para analizar cada caso en particular, lo que le permitirá al Gobierno ganar tiempo.
Son 19 las provincias que firmaron el Consenso Fiscal en 2017, 15 de las cuales acudieron a la justicia para reclamar por la decisión que tomó Macri de reducir el IVA a los alimentos, razón por la que perdieron recursos de coparticipación. La Corte Suprema aceptó el amparo de esas provincias y la Nación tendría que transferirles $ 5.560 millones sólo por ese impuesto.
Pero hay otras provincias que nunca adhirieron al Consenso Fiscal 2017. Entre ellas, Formosa y La Pampa, cuyos jefes políticos, Gildo Insfrán y Carlos Verna, son considerados casi “héroes de la resistencia antimacrista» por Cristina Fernández de Kirchner. Sumado al hecho de que de Pedro construyó un vínculo personal con el sucesor de Verna, Sergio Ziliotto, cuando ambos eran diputados nacionales, los gobernadores de estas dos provincias son considerados los verdaderos primus interpares.
Tanto es así que los demás mandatarios provinciales dan por descontado que Formosa y La Pampa estarán primeros en la fila para recuperar lo que la Nación les debe y los premiados en obras públicas, por lo menos, cuando finalmente esa área se ponga en marcha porque en este momento está absolutamente paralizada por la falta de crédito y por la deuda del Estado con los privados.
Otro tema que le interesó al ministro De Pedro en el Congreso fue conocer la integración de la Comisión Bicameral Permanente de DNU que ayer se constituyó con los senadores Anabel Fernández Sagasti, Teresa González, Daniel Lovera, Guillermo Snopek y Mariano Recalde, por el Frente de Todos, y Pedro Braillard Poccard, Pamela Verasay y Luis Naidenoff por Juntos por el Cambio. Y con los diputados Marcos Cleri, Lucía Corpacci, Pablo González y Pablo Yedlin, del FdT y Omar de Marchi, Gustavo Menna, Luis Petri y Pablo Tonelli de Juntos por el Cambio, un 9 a 8 que exigirá especial atención de parte del Gobierno cuando tenga que tomar las medidas que devengan de la triple emergencia que se aprobaría hoy en el Senado.
Mientras avanza la Emergencia, las reuniones con los gobernadores en el Ministerio del Interior continúan. Son muchos los que todavía no pasaron por el distinguido Salón de los Escudos, quizá la sala de reuniones más política de la Casa Rosada. Algunos todavía parecen remisos. Todavía no se lo vio a Omar Perotti, de Santa Fe; a Sergio Uñac, de San Juan, ni a Gustavo Bordet, de Entre Ríos. En rigor, tampoco a Schiaretti. Habrá que ver cómo se maneja el joven ministro con esos viejos lobos del mar peronista que tuvieron buen vínculo con el gobierno anterior y hoy no tienen ganas de que les pasen ninguna factura.
El caso de Tucumán es curioso. De Pedro sabe que Juan Manzur tuvo pésima relación con Macri y le gustaría premiarlo por eso, pero se apuró en saludar a Fernández en un acto con gobernadores como “el nuevo jefe del peronismo” y eso Cristina no quiso dejarlo pasar. Sin embargo, el ministro se ocupó en recibirlo en la primera audiencia oficial (la primera fue unos minutos antes de jurar su cargo, y se la dio a Insfrán), buscando distender los ánimos.
Seguí leyendo:
El Presidente sigue la sesión por la Emergencia Económica desde su despacho
El oficialismo aceptó modificaciones en los esquemas de retenciones y jubilaciones