No será el conde de Dumbarton. El 6 de mayo de 2019, el príncipe Harry y Meghan Markle tomaron una medida que para muchos pone en evidencia que desde entonces tenían en mente retirarse de sus deberes reales y alejarse de la familia real. Joe Little, el editor gerente de la revista Majesty, señaló que el nacimiento de Archie fue el comienzo del “plan maestro” de sus padres para renunciar a sus roles en la corona. Si bien hay títulos de cortesía que los duques de Sussex podrían haber aplicado a su hijo, optaron por evitarlo.
Archie Harrison Mountbatten-Windsor nació ese día en una clínica de Londres. Los nombres de sus padrinos nunca fueron revelados por pedido del matrimonio real. Además de desechar el derecho de ser noble como hijo primogénito de un duque, embargo, la pareja eligió que sea conocido como Master Archie. Estaba en línea con el deseo del príncipe Harry: que creciera como ciudadano privado y darle una infancia lo más común posible.
“El hecho de que Archie no sea el conde de Dumbarton o Su Alteza Real me hace preguntarme si esto ya no era parte de un plan maestro más amplio”, afirmó Little al tabloide Express. El hijo de Markle y Harry no es príncipe y tampoco conde, o incluso lord.
Archie no es heredero directo al trono ni hijo del heredero como sí lo son el príncipe William y sus tres hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis. Esa distancia al trono también le permitió a los duques de Sussex no tener la obligación de ponerle un título a su hijo.
Mountbatten es el apellido de Felipe de Edimburgo. Aunque en el Reino Unido los hombres son quienes dan apellido a sus familias, no sucedió así cuando Isabel II y su esposo se casaron, ya que primó el apellido Windsor de la reina. Sin embargo, Harry homenajeó a su abuelo paterno optando por Mountbatten como apellido principal para su primogénito.
De acuerdo con las regulaciones de la Casa de Windsor, Archie no tiene derecho automáticamente al título de Alteza Real, que solo se extiende a los nietos de la monarca. Sin embargo, la reina optó por renunciar a las reglas con los hijos del duque y la duquesa de Cambridge. Cuando la reina muera, Archie podría convertirse en príncipe. Esto ahora está en duda y podría ser parte del nuevo acuerdo de Megxit.
¿Por qué Archie no nació príncipe? El rey Jorge V, el tatarabuelo de Harry, determinó títulos limitados dentro de la familia real en 1917 en cuanto a los nietos del monarca en servicio. Esto significa que Archie, como el primogénito de Harry y Meghan, está demasiado lejos en la línea de sucesión. El hijo mayor y el heredero de un duque pueden usar uno de los títulos reales de menor grado de su padre por cortesía.
Entonces Archie tenía derecho a llamarse el Conde de Dumbarton, uno de los títulos que Harry recibió de su abuela en la mañana de su boda con la ex actriz estadounidense en 2018 en el castillo de Windsor. Sin embargo, sus padres lo rechazaron y optaron por Master Archie.
Si bien los bisnietos normalmente no llevan el título Su Alteza Real, ese privilegio se extiende a los herederos primogénitos, por lo que el príncipe George fue designado como tal en 2012. En ese año, la reina determinó que todos los hijos de William serían designados HRH por nacimiento, razón por la cual la princesa Charlotte y el príncipe Louis disfrutan de esos títulos.
El lunes por la tarde Isabel II de 93 años habló sobre la nueva “vida independiente” del duque y la duquesa de Sussex lejos de los deberes reales a tiempo completo. El biógrafo real Penny Junor describió los comentarios de la reina, como “cálidos, amables y solidarios”. No obstante, un detalle llamó la atención del comunicado oficial.
Tras una reunión en Sandringham de aproximadamente dos horas y media en la que participaron la reina, el príncipe Carlos y sus dos hijos, Isabel II anunciaba al mundo que daba luz verde al Megxit. Fue el pasado miércoles cuando, vía Instagram, los duques de Sussex comunicaron su intención de alejarse de la familia real y de autofinanciarse, un anuncio que pillaba desprevenido al Palacio de Buckingham y que causaba decepción a la soberana y furia al príncipe de Gales y el duque de Cambridge.
Cinco días después, y tras la aparición de cientos de noticias relacionadas con el tema, Isabel aportaba un poco de luz con un comunicado, el más personal que se le recuerda hasta la fecha según los expertos de Reino Unido. Redactado más como abuela que como jefa del Estado y cabeza de la Commonwealth, el texto presentaba a una Isabel II comprensiva con la situación que están atravesando el príncipe Harry y Meghan Markle.
“Hoy mi familia ha participado en unas conversaciones muy constructivas sobre el futuro de mi nieto y su familia. Apoyamos completamente el deseo de Harry y Meghan de crear una nueva vida como una familia joven. Si bien hubiéramos preferido que siguieran siendo parte de los miembros de la familia real que trabajan a tiempo completo, respetamos y entendemos su deseo de vivir una vida más independiente como familia sin dejar de ser una parte valiosa de la mía. Harry y Meghan han dejado claro que no quieren depender de fondos públicos en sus nuevas vidas. Por lo tanto, se ha acordado que habrá un período de transición en el que los Sussex pasarán tiempo en Canadá y el Reino Unido. Estos son asuntos complejos que mi familia debe resolver, y aún queda mucho trabajo por hacer, pero he pedido que se tomen decisiones finales en los próximos días», expresó Isabel II en el texto, intentando poner así un freno al escándalo que escalaba en todo el Reino Unido.
Hubo una cuestión en este anuncio que no pasó desapercibido. Lo más sorprendente quizás es que no se refirió a su nieto y a su mujer como duques de Sussex. Ni siquiera utiliza el tratamiento de Sus Altezas Reales. Los llama simplemente Harry y Meghan. Hay quienes han querido ver en este detalle un presagio del futuro de la pareja, ya que perder el título podría ser una de las consecuencias de dejar la familia real. Pero unas líneas más abajo, la soberana se refiere al matrimonio como “los Sussex”, lo que deja claro que, de momento, Harry y Meghan siguen siendo el duque y la duquesa de Sussex.
Una serie de preguntas siguen sin respuesta, con el tema central de cómo los Sussex se volverán financieramente independientes, dividirán su tiempo entre América del Norte y el Reino Unido y cómo afectará sus vidas y la de su primer hijo está decisión que todavía sigue sin convencer a la reina Isabel II pese a mostrarse comprensiva con ellos.
Este martes Markle debió aclarar las sospechas que se despertaron respecto a su notable ausencia en la cumbre real. La ex actriz, de 38 años, quien se encuentra con su hijo Archie de ocho meses en Vancouver, Canadá, decidió responder por medio de su vocero. “Al final, los Sussex decidieron que no era necesario que la duquesa se uniera”, manifesó el portavoz oficial de Harry y Meghan. De esta manera, negó que hubiera sido “vetada” para participar de la reunión en la que la reina se mostró de acuerdo con que el joven matrimonio decidiera una nueva vida alejados de las responsabilidades monárquicas.
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