El misterio detrás de la muerte de Carlos Orellano, el joven de 23 años que apareció muerto en el Río Paraná luego de ir a bailar a un boliche en Rosario, acaparó la atención de Alberto Fernández. Ayer, el Presidente se reunió con los padres de la víctima y se comprometió a “cambiar todo lo que haya que cambiar” para dar con los responsables del hecho, mientras los investigadores siguen las pistas para determinar si el deceso se trató de un crimen.
Hasta ahora hay más dudas que certezas en la cadena de hechos detrás del caso. Orellano había ido a bailar el domingo pasado al boliche Ming River House, ubicado en el complejo La Fluvial de la ciudad santafesina de Rosario, pero nunca regresó a su casa. Estuvo desaparecido dos días hasta que encontraron su cadáver en el Paraná.
Según los testigos, el joven quiso ingresar al sector Vip de la disco sin autorización y el personal de la custodia lo expulsó con violencia. De acuerdo a los testimonios de testigos y de los amigos de Carlos, “los patovicas lo arrinconaron contra una baranda y luego su cuerpo cayó al agua”.
A este punto, no se desconoce si Orellano fue golpeado por la custodia cuando se desplomó sobre el cauce del río, si estaba consciente o si simplemente resbaló. Para resguardar al local bailable había en total doce patovicas de seguridad privada y dos policías de la provincia de Santa Fe. Los agentes son pareja y estaban haciendo adicionales.
La investigación está a cargo del fiscal de Homicidios Dolosos Patricio Saldutti, pero también participa su par de Homicidios Culposos Valeria Piazza Iglesias. En la instrucción se solicitó un peritaje de cámaras de la zona, la lista de empleados del boliche y el listado de llamados al 911 y a la central de Prefectura Naval, la fuerza que encontró a Carlos Orellano.
Las primeras actuaciones judiciales dejan varias incógnitas e irregularidades en lo que respecta a la seguridad de la zona. Ninguna de las cámaras de seguridad funcionaba en el boliche. El propio dueño de “Ming River House” aportó su celular para confirmar ese dato a través de un mensaje de texto enviado a sus empleados.
La otra pista involucra a la agente de la Policía de Santa Fe que estaba realizado adicionales. Sus tres declaraciones en la causa son contradictorias e inconsistentes entre sí. En una de las veces, relató que escuchó la caída de un cuerpo al agua, mientras que en otra indicó que eso “se lo imaginó”.
Sobre el desplome del cuerpo hacia el cauce fluvial, los familiares tienen la hipótesis de que el joven habría podido nadar sin dificultad, si hubiese estado consciente. Carlos iba frecuentemente al río y sabía nadar. Frecuentemente acompañaba a su padre Edgardo a pescar. En el sitio donde se habría desplomado el joven se encontraron rastros de sangre en el piso.
También se busca determinar si los efectivos policiales retrasaron de algún modo la denuncia en la Comisaría Segunda de Rosario.
“Tenemos acreditada la situación que plantea la familia del incidente dentro del boliche y que continuó afuera, y que la escena violenta con el personal de seguridad continuó afuera. Esto comprometería la participación de la gente de seguridad y de dos agentes policiales que estaban servicios de adicionales. El cuerpo cayó, si fue tirado es una hipótesis. Hay otras hipótesis, como la del descarte del cuerpo en esa zona”, señaló el abogado de la familia, Salvador Vera.
Es por esos motivos que el padre de la víctima, Edgardo Orellano, pidió la “inmediata detención» de un jefe y una agente de la Policía santafesina que realizaban tareas de adicionales en la disco. Cree que estaban “encubriendo” el hecho cuando ocurrió el fatal desenlace.
“Los responsables tienen que ir a prisión perpetua. Y que a nadie se le ocurra largarlos«, señaló el padre de Carlos Orellano durante uno de los actos. “No soy un papá cobarde. Mi justicia tiene dictaminada la pena para esa gente si los largan”, amenazó.
Reunión y clausura
Poco después de llegar a Rosario para encabezar la ceremonia conmemorativa del primer izamiento de la bandera, el presidente Alberto Fernández se reunió en unas oficinas cercanas al aeropuerto local con los padres del joven fallecido. En ese encuentro estuvieron el gobernador Omar Perotti, la vicegobernadora Alejandra Rodenas y el intendente rosarino, Pablo Javkin.
Fernández conversó con los padres del chico y escuchó el reclamo de esclarecimiento del hecho. Luego, en el acto, el propio Presidente confirmó la charla y dijo que se había retrasado por esa razón. “Por Carlos (Orellano) y por cada una de las víctimas hagámonos cargo de cambiar todo lo que haya cambiar. Confíen, los que tienen que estar preocupados hoy son los delincuentes», señaló el jefe de Estado en uno de los tramos centrales de su discurso durante el acto oficial en Rosario.
Durante la actividad, los parientes de la víctima fueron ubicados en un sector especial, a pocos metros del palco principal de las autoridades. A lo largo de la jornada habían encabezado una marcha frente a “Ming River», que fue clausurado por la municipalidad por un plazo de 45 días para facilitar las actuaciones de los investigadores.
La disco fue el último lugar donde fue visto Orellano con vida la madrugada del pasado lunes y está ubicada en la zona denominada La Fluvia, que lindera con el muelle número 3 del río Paraná. «La paz se construye con ley y tenemos que ser claros: hay situaciones que no se pueden tolerar más”, señaló el intendente de Rosario Pablo Javkin sobre la medida que afecta al boliche. El local había abierto sus puertas al día siguiente de la desaparición normalmente.
Uno de los datos claves que podrá alumbrar alguna de las hipótesis en danza es la autopsia del cuerpo de Orellano. Según anunció el fiscal Patricio Saldutti, esa pericia posiblemente se realice la semana que viene.
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