Por Will Dunham
WASHINGTON, 3 abr (Reuters) – Los científicos detectaron un agujero negro de tamaño mediano -considerado el «eslabón perdido» en el entendimiento de estos gigantes celestiales- que estaba aniquilando una desafortunada estrella que se acercó demasiado.
Usando datos del Telescopio Espacial Hubble y dos observatorios de rayos X, los investigadores determinaron que este agujero negro tiene más de 50.000 veces la masa de nuestro Sol y está a 740 millones de años luz de la Tierra, en una galaxia enana con muchas menos estrellas que nuestra Vía Láctea.
Los agujeros negros son objetos extraordinariamente densos que tienen una fuerza gravitacional tan poderosa que ni siquiera la luz puede escapar de ellos.
Se trata de uno de los pocos agujeros negros «de masa intermedia» jamás identificados, con un tamaño mucho menor que los «supermasivos» -situados en el centro de grandes galaxias-, pero bastante más grandes que los denominados «estelares», formados por el colapso de grandes estrellas individuales.
«Confirmamos que un objeto que descubrimos originalmente en 2010 es sin duda un agujero negro de masa intermedia que destruyó y engulló una estrella moribunda», dijo la astrofísica Natalie Webb, de la Universidad de Toulouse y coautor del estudio publicado esta semana en Astrophysical Journal Letters.
La estrella tenía probablemente más o menos un tercio de la masa del Sol, agregó.
Webb dijo que los científicos llevan cuatro décadas buscando agujeros negros de masa intermedia y que se conocen apenas 10 buenos ejemplos, aunque podría haber más.
«Por eso es tan significativo hallar uno. También, un agujero negro tragándose una estrella es algo que ocurre en promedio solo una vez cada 10.000 años o así en una galaxia en particular, así que son sucesos inusuales», agregó.
El agujero negro supermasivo en el corazón de la Vía Láctea tiene 4 millones de veces la masa del Sol y está a 26.000 años luz de la Tierra. El agujero negro estelar más cercano está a unos 6.000 años luz, una medida que indica la distancia que recorre la luz en un año (9,5 billones de kilómetros).
Webb calificó los agujeros negros intermedios como un «eslabón perdido» en la comprensión del rango de estos objetos. Los científicos saben cómo se forman los estelares -de entre tres y 100 veces la masa del Sol-, pero no cómo ocurre este proceso en los intermedios, aunque sospechan que los supermasivos surgen de sus hermanos de tamaño medio.
«Sin encontrar estos objetos era imposible validar esta teoría», afirmó.
Los agujeros negros de tamaño intermedio se han mantenido esquivos.
«La mejor explicación es que están sobre todo en un ambiente desprovisto de gas, lo que deja a los agujeros negros sin material para consumir y, por tanto, con poca radiación que emitir, lo que puede dificultar mucho su visión», dijo Dacheng Lin, astrónomo de la Universidad de Nuevo Hampshire y director del estudio.
(Editado en español por Carlos Serrano)