Luego de que el Tribunal de Casación bonaerense permitiera a los detenidos de las más de 100 cárceles y alcaidías bonaerenses acceder a teléfonos celulares para comunicarse por WhatsApp con sus familias, más de 4.500 presos ingresaron o blanquearon los que tenían clandestinamente en sus celdas, un 10 por ciento de la población total del Servicio Penitenciario provincial, que enfrenta el mayor exceso de presos en su historia. Los celulares en la cárcel no son nada nuevo: entre 2017 y 2018, el SPB incautó más de 53 mil.
Ahora, esos celulares son empleados para que los detenidos regresen a sus actividades educativas en todos los niveles, que habían sido interrumpidas por la pandemia. Los mismos celulares que blanquearon y registraron son usados para propósitos educativos, según autoridades del SPB.
Los nuevos cursos con teléfonos se desarrollan en penales de La Plata, Azul, Campana, Lomas de Zamora, La Matanza, Dolores, Batán, San Martín, San Nicolás, Baradero, Urdampilleta -donde los primeros presos comenzaron a confeccionar sus propios barbijos con bolsas que tenían a mano ante el miedo por la pandemia-, Sierra Chica, General Alvear y Florencio Varela. Así, los teléfonos reciben los contenidos que envían los docentes.
Se trata, según autoridades, de la primera etapa de aplicación del Plan de Continuidad Pedagógica. El jefe del SPB, Xavier Areses, explicó que “se adoptaron distintas alternativas que facilitan la continuidad pedagógica, estableciendo lazos entre el cuerpo docente y los estudiantes a través de diversos canales de comunicación y soporte de contenidos”. En las cárceles del SPB los internos pueden cursar el nivel primario, secundario, terciario y universitario.
Así, reciben material por mail: se gestionan nuevas cuentas de correo para los internos, también se trabaja con Google Drive y se emplea el Bluetooth para compartir contenidos.
Un detenido de 48 años de edad alojado en la Unidad N°48 de San Martín explica: «Estoy estudiando la carrera de Sociología en la Universidad de San Martín acá en el CUSAM y además estoy trabajando en la escuela del penal. Lo que es primaria y secundaria se manda vía mail, por Google Drive, para que los alumnos puedan estudiar. El referente de cada pabellón va pasando la información y los apuntes a cada estudiante. Y nos dan un tiempo para contestar todo”.
“Esta modalidad de estudio, a través del uso del teléfono, está buenísima, porque no nos atrasamos con todo esto de la cuarentena y no perdemos todo el año”, agregó.
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