Tras poner en suspenso el stand by que tenía con el Fondo Monetario Internacional (FMI) apenas asumió, el Gobierno avanzará hacia una renegociación para estirar los plazos de los vencimientos -concentrados entre 2022 y 2023- una vez que haya resuelto la reestructuración de la deuda con los acreedores privados. Ese plazo vence este viernes 8, pero en el mercado descuentan que se extenderá algunas semanas más.
Mientras tanto, esta semana vencen USD 390 millones de deuda con organismos multilaterales de créditos, de los cuales USD 318 millones corresponden a servicios de deuda con el FMI. ¿Pagará el Gobierno? Según dijeron a Infobae fuentes oficiales, la decisión de cumplir con este compromiso estaría tomada, aunque la intención es ir dilatando los próximos vencimientos en el marco de la renegociación.
El acuerdo firmado con el organismo prevé pagos de cupones trimestrales. El primero se abonó el febrero -fuero USD 375 millones totales-; esta semana se pagará el de mayo; y luego los próximos serán en agosto y en noviembre. A su vez, a fin de este mes vencen USD 2.100 millones con el Club de París, pero el ministro de Economía, Martín Guzmán, ya adelantó que no lo pagarán y que está en curso una negociación para reprogramar la deuda. «El Club de París ha sido receptivo y el proceso para reprogramar la deuda está en curso”, aseguró en una entrevista ofrecida a la agencia Reuters.
Sobre las conversaciones que el Gobierno viene manteniendo con el FMI para avanzar en un nuevo acuerdo, el ministro ratificó que las conversaciones han sido “constructivas”. De hecho, la titular del organismo, Kristalina Georgieva, se mostró muy cerca de la Argentina respecto de los pasos que ha ido tomando el Gobierno frente a la negociación de la deuda y colaboraron con la realización de un estudio de su sustentabilidad, que luego fue adoptado por el equipo de Guzmán.
Tras realizar este estudio, el FMI remarcó que teniendo en cuenta la situación argentina, los acreedores privados iban a tener que hacer una “contribución apreciable”, lo que fue leído como un fuerte apoyo a la estrategia negociadora del gobierno de Alberto Fernández. De hecho, en la entrevista ofrecida a Reuters, Guzmán dijo, en alusión a la negociación con los bonistas, que la Argentina será flexible hasta cierto punto, siempre y cuando la reestructuración respete las restricciones impuestas por el análisis de sostenibilidad de la deuda del Gobierno y un informe separado del FMI.
El acuerdo firmado entre el organismo y la Argentina fue por USD 57.000 millones, de los cuales fueron desembolsados USD 44.000 millones durante la presidencia de Mauricio Macri. Y si bien devenga intereses, los principales pagos de capital están previstos para 2022 y 2023, por lo que el Gobierno tiene más tiempo para renegociar los plazos. La expectativa de los acreedores privados era que el país primero avanzara con este acuerdo y luego con ellos, lo que habría dejado más tranquilos a los fondos de inversión, pero el camino elegido fue el inverso.
Ahora el tiempo corre y, si no hubiera un acuerdo con los bonistas antes del 22 de mayo, la Argentina entraría en default. Ese día se cumplen los 30 días de gracia del vencimiento, el 22 de abril, de los cupones de tres bonos Globales, pero varios analistas ya empiezan a plantear que no sería extraño que el acuerdo se cierre luego de esa fecha, aún con el costo de haber entrado en cesación de pagos. La fecha original de cierre de la oferta es este viernes 8 de mayo, pero la expectativa es que ese plazo se postergue, si no consiguen un porcentaje de entre 50 y 60% de adhesión.
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