Algunas ideas para un país sin brújula

Algunas ideas para un país sin brújula

Una bandera argentina flamea sobre la Casa Rosada en Buenos Aires (REUTERS/Carlos Garcia Rawlins)
Una bandera argentina flamea sobre la Casa Rosada en Buenos Aires (REUTERS/Carlos Garcia Rawlins) (CARLOS GARCIA RAWLINS/)

Hace mucho tiempo que la Argentina sufre graves problemas estructurales. Entre ellos la recesión, la falta de crecimiento del empleo privado registrado y los sistemas previsionales ineficientes. Este es el statu quo.

Ante este contexto, es estimulante que el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, haya propuesto algunas ideas similares a las que introdujimos en el Congreso hace algunos años. Nuestra propuesta tenía como antecedente un diálogo previo y un principio de acuerdo con todos los sectores sindicales y empresarios que se dio en el marco de la Cumbre Mundial de Erradicación del Trabajo Infantil, organizada por el Ministerio de Trabajo hacia noviembre de 2017. Las circunstancias actuales requieren medidas extraordinarias.

Algunas de las ideas de nuestra propuesta consisten en universalizar el Fondo de Cese, administrando los fondos que se creen de manera autónoma entre empresarios y trabajadores, de modo que cada empleador y cada trabajador adquieran certeza y dinámica laboral en cuanto a cómo se produce el vínculo, y qué sucede si éste se termina. Esto ayudaría a que haya menos litigiosidad y más contrataciones registradas.

Actualmente, casi la totalidad del empleo lo generan las pymes de menos de 20 empleados. Es indudable que, si la norma se piensa para los grandes empleadores, se genera una inequidad. Desde 1983 que poseemos casi el mismo porcentaje de empleo no registrado aún cuando, en el camino, tuvimos crecimientos esporádicos. Lo mismo sucederá ahora. Aún si creciéramos, si no cambiamos determinadas partes del sistema, no produciremos ni empleos de calidad, ni trabajos registrados y, lo que es más grave, no podremos hacernos cargo de las jubilaciones de los trabajadores dentro de muy poco tiempo. El valor de las jubilaciones es la decisión más importante que el Estado tiene que tomar. Por eso, lo que proponemos es que, cuando se realiza la recaudación de impuestos nacionales, el primer pago sea al sistema jubilatorio y luego se abone la coparticipación y el resto de las deudas. Esto podría ser un compromiso ambicioso que nos podemos poner como generación.

En su momento planteamos un blanqueo laboral con extinción de la acción penal y otras ventajas en dirección a producir más empleos. Esto es más necesario que nunca ahora. Por el avance de economía digital, las formas de producción cambian vertiginosamente y los cuerpos normativos son desafiados.

Otra idea que planteamos en ese entonces, fue que los fondos obtenidos en los juicios laborales por empleos irregulares fueran directo al Anses, alocándose en una cuenta personal del trabajador afectado, dado que la naturaleza de las sanciones de la Ley N° 24.013 se pusieron para reparar la falta de registración laboral. Sin embargo, es hora de ser un poco más audaces ante esta coyuntura.

Además, en cuarto lugar, hay que eliminar los impuestos al trabajo para reemplazarlos por una generalización del IVA y una contundente reforma de los impuestos que gravan el ingreso, volviendo mucho más progresivas las escalas. Esto significa que más personas pagarán. Los que ganan menos en menor medida y los que ganan más en mayor medida. El efecto inmediato de esta decisión redundaría en un mayor ingreso para quienes se esfuerzan más por producir, lo que iría hacia el consumo interno mayoritariamente y, a su vez, eso generarías un incentivo a la producción para abastecer esa mayor demanda.

También proponemos la eliminación de regímenes especiales y de privilegio y un sinceramiento respecto de la inviabilidad de algunos regímenes provinciales. La regla debería ser que sobrevivan los que no requieren aportes nacionales.

La solidaridad sindical es uno de los pilares de nuestro modelo. Sería lógico que, para contribuir a la transición, aquellos aportes especiales que se han fijado a lo largo de los años en convenciones colectivas de trabajo se suspendan mediante acuerdo en diálogo convencional y se fije un plazo de transición y las condiciones para hacerlo.

Todas estas ideas pretenden servir para que los dirigentes pongamos el esfuerzo en sacar el país adelante y que los argentinos elijan seguir creyendo más allá de las dificultades. Yo también les pido a los jóvenes que no se vayan y nos ayuden a seguir buscando mejorar la realidad de un país lleno de oportunidades.

Fuente: Infobae