Con la llegada de la pandemia por coronavirus a México diversas actividades tuvieron que adaptarse a una nueva realidad, incluso aquellas que están fuera de la ley como el narcotráfico. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito habría confirmado por medio de un informe que el impacto del SARS-CoV-2 en el mercado de las drogas sintéticas, gobernado por los cárteles mexicanos, fue menor de lo que se esperaba.
Todo apunta, de acuerdo con la evaluación global de este tema, a que los grupos de crimen organizado sortearon los obstáculos presentados por el confinamiento y se habrían encargado de adaptar el negocio a las nuevas formas de distribución propiciadas por la pandemia de coronavirus en México, destacó el periódico El Universal.
Habría sido, por ejemplo, en la demanda de drogas en entornos como bares y discotecas donde mayores estragos se sufrieron por la pandemia, puesto que estos espacios han permanecido cerrados gran parte del año.
Por otro lado, se tenía pensado interrumpir el paso de los suministros de precursores químicos de fentanilo que venían de China a México, pero las cantidades que fueron incautadas a principios del 2020 no cambiaron demasiado en comparación con el 2019.
Esto habría derivado en postergar la decisión, sobre todo porque con la falta de materia prima para producir en México se presentaría un aumento en los precios de Estados Unidos. Estos dos países son considerados por la ONU como parte de los centros de producción más importantes a nivel mundial de este compuesto.
El reporte sostendría que “los grupos delictivos de México parecen estar involucrados en la fabricación de metanfetaminas a gran escala en Bélgica y los Países Bajos”. Además, destacó que los cárteles mexicanos han demostrado una capacidad fuerte para aprovechar las oportunidades de negocios ante el panorama. Sugiere una mayor sofisticación entre las instalaciones de fabricación ilícita de la región.
La venta de metanfetaminas se ha vuelto uno de los mercados más codiciados por los cárteles mexicanos. “Las cantidades totales de metanfetaminas incautadas hasta julio, siguieron siendo más altas en comparación con el mismo periodo en 201, y las interrupciones (por la pandemia) si las hubo, parece que fueron de corta duración”, destacó el medio mexicano.
En una de las más recientes disputas por el control de la droga estaría librándose supuestamente entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Santa Rosa de Lima (CSRL) en Guanajuato. Estas organizaciones se encontrarían actualmente en lo que se conoce como “la guerra del jale azul vs el jale blanco”.
Los cárteles marcarían su distancia pintando la droga de dos colores diferentes. El CSRL vende el producto color azul, mientras que el Jalisco Nueva Generación optó con el color blanco, de acuerdo con una investigación de los periodistas Marco Antonio Coronel y Fernando Guillán para el programa En Punto.
David Saucedo, analista de seguridad del estado, dijo al medio que “el cristal azul entró en franca competencia con el producto que comercializa el Cártel Jalisco Nueva Generación, incluso, la droga se comercializa con su logo”.
Agregó que en muchas ocasiones se comercializa también el producto con el logo de los equipos de operaciones especiales del cártel.
Sin embargo, además de estas dos organizaciones en el país también opera el Cártel del Golfo, Los Zetas, la Familia Michoacana y los Beltrán Leyva, Cártel de la Unión Tepito, Cártel de Tláhuac, Los Viagra, Cártel del Noreste, Cártel Independiente de Acapulco, Los Rojos y Guerreros Unidos.
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