Buenos Aires, 28 nov (EFE).- La caótica despedida popular a Diego Armando Maradona, que incluyó el pasado jueves violentos incidentes en Buenos Aires, sigue suscitando polémica entre el Gobierno de Argentina y el Ejecutivo capitalino.
El Gobierno del presidente Alberto Fernández, a través de la Secretaría de Derechos Humanos, denunció ante la Justicia al alcalde capitalino, Horacio Rodríguez Larreta, y al vicealcalde y ministro de Seguridad comunal, Diego Santilli, por la represión por parte de la Policía de Buenos Aires en los alrededores de la Casa Rosada, sede del Ejecutivo argentino, donde el jueves velaron los restos de Maradona.
«Fue muy doloroso ver cómo los simpatizantes de Maradona, quienes venían pacíficamente a despedirlo, terminan siendo reprimidos», dijo este sábado el jefe de Gabinete argentino, Santiago Cafiero, en declaraciones radiales.
Los incidentes se desataron a siete cuadras de la Casa Rosada, cuando la Policía detuvo la fila de las miles de personas que aspiraban a dar su último adiós a Maradona.
El Gobierno capitalino alega que cortó el avance de la fila por orden del Ejecutivo nacional, algo que éste niega.
También hubo incidentes a las puertas y en el interior de la Casa Rosada, donde la seguridad estaba a cargo de fuerzas federales, pero el Gobierno de Fernández argumenta que el orden se restituyó sin violencia.
Santilli rechazó este sábado la denuncia contra en su contra y aseveró que «judicializar» lo sucedido es apoyar a los «violentos».
«Lo único que se pretende aquí es apoyar a los violentos, definitivamente se politiza la situación, duele que todos los que amamos al fútbol despidamos al ídolo de esta manera, duele que, en vez de trabajar en conjunto, politicen la situación», afirmó el vicealcalde.
DENUNCIA AL PRESIDENTE
En tanto, dirigentes opositores denunciaron penalmente a Fernández, a quien acusaron de haber favorecido la propagación de la covid-19 al organizar el velatorio de Maradona en la Casa Rosada.
La denuncia fue presentada por Yamil Santoro y Antonio Fratamico, dirigentes de la coalición liberal Republicanos Unidos, quien denunciaron al presidente por haber organizado un funeral «masivo», «violando la seguridad sanitaria», cuando aún rigen medidas de distanciamiento social decretadas por el propio Fernández.
El jefe de Gabinete dijo este sábado que, durante el multitudinario velatorio, hubo puestos de control sanitario, pero admitió que era «muy inevitable que la gente se acercara» entre sí.
EL LARGO BESO DEL ADIÓS
Maradona, de 60 años, que había estado ingresado a inicios de este mes en dos centros de salud por anemia, deshidratación y un hematoma subdural por el que finalmente fue operado, murió el pasado miércoles de un paro cardíaco en una casa de las afueras de Buenos Aires.
Las circunstancias que rodearon a sus últimas horas de vida son objeto de investigación judicial, en particular, si el astro recibió la atención médica necesaria.
Los medios locales especulan ahora con la batalla legal que se avecina por la herencia de «el Diez», quien se crió en el humilde barrio bonaerense de Villa Fiorito, amasó una fortuna gracias a su estrellato deportivo y tiene cinco hijos reconocidos legalmente.
Entre ellos está Jana Maradona, de 24 años, quien este viernes a través de las redes sociales agradeció las muestras de cariño a su padre.
«Esto se siente todavía como un sueño horrible pero no quiero dejar que pase mas tiempo sin agradecerles infinitamente todo el amor que le demostraron a mi papá siempre, y particularmente estos días. Cada palabra, cada foto, cada demostración de afecto fueron mimos al corazón», dijo la joven, quien conoció a Maradona en 2015.
En tanto, este viernes los abogados de Santiago Lara -de 19 años y quien tiene abierto un juicio de filiación para determinar si es hijo de Maradona-, presentaron un recurso judicial para que se extraiga una muestra de ADN del cuerpo del exfutbolista.