Lisboa, 5 dic (EFE).- Portugal va a relajar las restricciones en Navidad para permitir a las familias viajar y reunirse y se retrasará el toque de queda hasta las dos de la madrugada, pero será más duro en fin de año, cuando restringirá la movilidad entre municipios.
El primer ministro luso, António Costa, presentó hoy las medidas que estarán vigentes durante las fiestas, aunque avisó de que no tienen por qué ser las definitivas: volverán a ser revisadas el día 18 de diciembre y podrán cambiar si la situación empeora.
«Es un momento de encuentro de las familias, pero no podemos olvidar que no va a ser la Navidad que viviríamos en circunstancias normales», advirtió el jefe del Gobierno luso, que aseguró que no están incentivando los encuentros, sólo «permitiendo» que se realicen.
TOQUE DE QUEDA MÁS TARDÍO
Los días 23, 24, 25 y 26 de diciembre no va a haber restricciones a la movilidad en el país y el toque de queda se retrasará el 24 y el 25 hasta las 2.00 horas (actualmente varía entre las 13:00 y las 23:00, en función del riesgo del municipio).
El sábado día 26 se fijará a las 23:00, para permitir a las familias que regresen a su residencia habitual con tranquilidad y evitar prisas en la carretera.
La tolerancia, sin embargo, será menor en fin de año, una fecha menos simbólica para las familias: se prohíben los desplazamientos injustificados entre municipios, aunque el toque de queda en Nochevieja también se retrasará hasta las 2:00 horas.
Además, quedarán prohibidas todas las fiestas abiertas al público y las concentraciones de más de 6 personas en la vía pública.
SIN LÍMITE DE PERSONAS
A diferencia de otros países europeos, Portugal no va a establecer un número máximo de personas para las celebraciones familiares, ya que no quiere «inmiscuirse» en sus vidas, dijo Costa, que considera que «tienen la suficiente información para saber que los encuentros son momentos de riesgo».
No obstante, apeló a evitar reuniones con muchas personas, con largos períodos sin mascarilla y en lugares cerrados, pequeños y poco ventilados.
«Es fundamental que sea un momento de compartir, pero no de compartir el virus», insistió.
La restauración, que en el último mes ha sufrido especialmente debido al toque de queda decretado los fines de semana a partir de las 13:00 horas en gran parte del país que obligaba a cerrar, tendrá cierto respiro durante el período navideño.
Los días 24, 25 y 31 de diciembre podrán dar almuerzos y por la noche abrir hasta la 1:00 de la madrugada, mientras que el 26 de diciembre y el 1 de enero se les permite dar comidas hasta las 15:30 horas.
ESTADO DE EMERGENCIA
Las fiestas navideñas serán pasadas con casi seguridad bajo estado de emergencia, como ya anunció el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, a pesar de que por el momento sólo está aprobado hasta el 23 de diciembre porque la Constitución obliga a revisarlo cada 15 días.
Hasta el 7 de enero, quitando las excepciones para Navidad, se mantendrán las medidas que ya estaban en vigor hasta ahora para los municipios con incidencia a 14 días superior a 240 casos por 100.000 habitantes.
Habrá toque de queda entre las 23:00 y las 5:00, que los fines de semana se endurece en los municipios que superan los 480 casos -un total de 127, donde se incluyen Lisboa y Oporto-, entre las 13:00 y las 5:00 horas del día siguiente.
MEJORAN LAS CIFRAS
Costa aseguró que hay señales de mejora en la situación de la pandemia en Portugal, donde la segunda ola está siendo más grave que la primera, y que «las cifras evidencian que las medidas han tenido resultados».
El país ha vivido una semana de tendencia a la baja, a pesar de que este sábado registró un repunte, con la cifra más alta de contagios diarios de los últimos 9 días, 6.087, y 73 fallecidos.
No obstante, el número de hospitalizados disminuyó por tercer día consecutivo y son 3.229 los pacientes con covid que permanecen ingresados, 66 menos que un día antes.
Desde el inicio de la pandemia, Portugal acumula 318.640 casos, de los que unos 73.500 están activos, y 4.876 muertes.
Paula Fernández