El Museo del Bicentenario se pintó de verde durante la tarde del jueves, en la que el presidente Alberto Fernández promulgó la ley del aborto. Ministros, funcionarios, legisladores, integrantes de la campaña por el aborto legal y actrices que militaron el proyecto se vistieron para la ocasión. Todos con detalles verdes. Barbijos, pañuelos, remeras, vestidos, vinchas, corbatas. Verde. Mucho verde. Del oficialismo estuvieron casi todos los nombres propios de peso. De la oposición solo hubo dos legisladores. Ninguno de ellos del ámbito nacional.
En la Cámara de Diputados hubo 49 legisladores de la oposición que votaron a favor del aborto. Integrantes de Juntos por el Cambio, el peronismo disidente y la Izquierda. En el Senado fueron 10 los legisladores opositores que acompañaron la ley. Ninguno de esos 59 estuvo presente en la Casa de Gobierno.
El Gabinete se hizo presente en su mayoría. Marcaron, con su simple presencia, la importancia que tuvo el tratamiento de la ley para el Gobierno. Estuvo el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; los ministros de Salud, Ginés González García; de Obra Pública, Gabriel Katopodis; de Vivienda, Jorge Ferraresi; de Desarrollo Social, Daniel Arroyo; de Seguridad, Sabina Frederic y de Justicia, Marcela Losardo. Además, estuvo el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
Cuando Fernández levantó la cabeza para agradecerle a la oposición, solo reconoció entre los presentes al diputado provincial de Juntos por el Cambio Daniel Lipovetzky, uno de los principales militantes de la campaña durante el 2018. Estaba con un barbijo verde que le tapaba la mitad de la cara. Aún así, el Presidente lo vio a lo lejos y pudo simbolizar en él el agradecimiento a la oposición por respaldar la sanción de la ley. Además, estaba la diputada parlamentaria del Mercosur María Luisa Storani. Nadie más.
“Le agradezco a los legisladores de la oposición que acompañaron. Lo veo a Daniel Lipovetzky, que siempre formó parte de estos reclamos. En él va el agradecimiento a quienes nos acompañaron sin pensar igual”, dijo Fernández. Pocos minutos antes, Elisabeth Góméz Alcorta, la ministra de Diversidad y Género, había reconocido la ley no hubiera salido “sin un enorme trabajo de transversalidad política”, lo que definió como un “símbolo de madurez política”.
La oposición se ausentó en masa al acto que se realizó en la Casa Rosada y que encabezó el Presidente. Algunos legisladores que votaron a favor de la ley fueron invitados, otros no. Los que fueron invitados, no asistieron. Argumentaron vacaciones, cuestiones personales, impedimentos para viajar y compromisos agendados. No estuvieron nombres de relevancia en el Congreso y dentro de la “marea verde”, como es el caso de Martín Lousteau, Silvia Lospenatto, Luis Naidenoff, Guadalupe Tagliaferri o Mario Negri.
Tampoco fue invitado el ex gobernador de Río Negro y actual senador nacional Alberto Weretilnek, uno de los votos más trabajados por el sector verde. Su voto y el del entrerriano Edgardo Kueider, que es parte del Frente de Todos, se sumaron luego de que el Gobierno se comprometiera al veto parcial del artículo 4 inciso B que habilitaba la posibilidad de la realización de un aborto después de la semana 14, en caso de violación o en el caso de que estuviera en riesgo la vida o “la salud integral” de la persona gestante.
La palabra “integral” generaba un abanico de posibles interpretaciones. Por eso terminó excluyéndose del texto. Ese compromiso tomado por el Gobierno fue informado por una senadora oficialista mientras se llevaba a cabo la sesión. Ese movimiento empezó a volcar la balanza hacia el color verde. Fue tan importante obtener el acompañamiento de Weretilnek en ese momento, que resulta extraño que no lo hayan invitado a la promulgación de la ley.
En un sector importante de la oposición creen que hubo una utilización política del aborto por parte del Gobierno y que, en definitiva, hacerse presente en la Casa Rosada era formar parte de un montaje hecho por el oficialismo para capitalizar la sanción de la ley. “La ley había que sacarla y se sacó. Punto. No hay mucho para festejar con el desastre sanitario que es nuestro país”, aseguró un legislador radical ante la consulta de Infobae. Hasta ahí llegó el amor con el oficialismo.
Un diputado del PRO blanqueó que le parecía “lógico” que la oposición no se haga presente, teniendo en cuenta los múltiples conflictos políticos abiertos. La tensión política existente en el vínculo no daba lugar a un respaldo de Juntos por el Cambio. Hay varios frentes abiertos de conflicto, el más importante de ellos es el enfrentamiento con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, por la quita de coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires. A eso se le suma la disconformidad por la gestión del operativo de vacunación y la gestión de la pandemia.
Más allá de la ausencia opositora, la intención del Gobierno fue marcar que la ley se había logrado sacar gracias al trabajo en conjunto de ambas partes. Lo expresaron públicamente Alberto Fernández, Vilma Ibarra y Elisabhet Góméz Alcorta. La intención estuvo, lo que faltó por la presencia de los dirigentes a los que fue dirigido el agradecimiento. No hubo nadie de la familia Kirchner. Ni Cristina ni Máximo, presidente del bloque de diputados del Frente de Todos. El agradecimiento para ellos también salió desde la Casa Rosada.
El acto le sirvió a Alberto Fernández para autorevindicarse. “Hice campaña diciendo que iba a tratar este tema y hoy es ley. Cumplí con mi palabra. Ahora tenemos una sociedad más igualitaria, una sociedad mejor”, aseguró. Los funcionarios del Gobierno remarcaron la importancia de que la gestión del Presidente haya encaminado la sanción de la ley. Fue un acto oficialista que intentó mostrar transversalidad política desde el discurso. Lo logró. Pero no sucedió lo mismo desde el plano simbólico. Las ausencias de la oposición fueron marcadas. Más allá de las excusas de rigor.
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