En el primer semestre del año pasado, en medio de la pandemia y la cuarentena, el 47% de los argentinos era pobre según el relevamiento de un organismo dependiente de Presidencia. El indicador, distinto al que publica el Indec es una medición “multidimensional”, que en lugar de enfocarse sobre los ingresos sigue variables como acceso a la vivienda, hábitat y servicios básicos, educación, empleo y protección social, y salud. Es un salto de casi 20 puntos en un año.
Se trata de otra forma de medir la pobreza, que apunta a relevar el acceso a distintos derechos básicos, arroja resultados mucho peores que los que se ven al medir cuantas personas viven por debajo de la línea de la pobreza, estimada en $56.459 de ingresos necesarios para que una familia logre superarla.
Tomando solo como dato los ingresos, el último relevamiento del Indec señala que el 30,1% -13,6 millones de personas- es pobre. Pero en base al informe de pobreza multidimensional publicado por el Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (Siempro), que depende de la Presidencia de la Nación. Se llegaba en el el primer semestre de 2020 a un 47% de la población se encuentra en situación de pobreza multidimensional, lo que representa 21 millones de personas.
Un año antes, en el primer semestre de 2019, el Siempro estimaba que el 28,8% de la población era pobre, según su medición multidimensional. Un salto de casi de 20 puntos durante el año en que se sucedieron la corrida cambiaria posterior a las PASO y la pandemia.
Si se cruzan los datos del Indec con los de pobreza multidimensional, el resultado es que un 58,1% de la población (45,9% de los hogares) presenta al menos una de estas dos situaciones de pobreza –monetaria o no monetaria– mientras que el 30,1% presenta ambas formas (21,1% de hogares).
Entre los hogares con niños, niñas y adolescentes de hasta 17 años, la pobreza multidimensional alcanza al 49,4%, mientras que en aquellos hogares donde no hay niños, niñas y adolescentes, la misma afecta sólo al 25,6%. Si se observa la segmentación por edad de la población que se encuentra en condición de pobreza multidimensional, se observa que la incidencia de la misma disminuye con la edad, siendo los más afectados los niños, niñas y adolescentes.
Cuando se desglosa la pobreza multidimensional por rango etario se observa que en niños de hasta 3 años el 58,2% no logra cubrir el universo. Entre 4 y 17 años el porcentaje alcanza al 54,2% y entre los 18 y los 64 años baja al 47,7 por ciento. El rango más bajo de pobreza multidimensional se encuentra en los mayores de 65 años.
El Índice de Pobreza Multidimensional permite caracterizar las condiciones de vida de personas y hogares, dando cuenta de la multiplicidad de privaciones y de la multidimensionalidad de la pobreza. El Método Integrado, que complementa el IPM con la pobreza monetaria, logra una comprensión más amplia de la problemática atendiendo a la complejidad que la caracteriza.
Al resaltar los aspectos y dimensiones de la pobreza, y la manera en que se interrelacionan, es posible además orientar de una forma más efectiva las políticas públicas para mejorar la calidad de vida del conjunto de la sociedad.
Hace poco menos de un mes el instituto estadístico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires publicó el primero de los informe de medición de pobreza multidimensional. El trabajo reflejaba el estado de situación de la Ciudad en 2019 -en 2020 no lo pudo realizar por la pandemia- y señalaba que uno de cada cinco porteños era pobre y para finales de ese año el 15,3% de los hogares de la Ciudad eran pobres multidimensionales mientras que en los hogares con presencia de menores de 18 años lo eran el 25,7 por ciento.
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