Este viernes, usuarios de redes sociales reportaron que elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) capturaron a un supuesto “halcón” del Cártel de Sinaloa en el municipio de Culiacán.
Dos videos que circulan en redes sociales muestran el momento exacto en el que un soldado, con una arma FX 05, dispara por la espalda al supuesto integrante de esta célula criminal para detenerlo.
Los hechos ocurrieron en un cruce vehicular. El joven, vestido de rojo, se pasea en su bicicleta presuntamente para molestar a los uniformados, quienes estaban vigilando la zona para evitar algún delito.
Sin embargo, logró colmar la paciencia, por lo que el oficial se posicionó a media avenida, levantó su fusil, lo recargó en su hombro, apuntó y disparó. Un sonido huevo provino del cañón, situación que detuvo el tráfico e hizo que el soldado retrocediera con sus compañeros.
Momentos después, tres agentes de seguridad se acercaron al sujeto, quien terminó tirado en la calle, para comenzar a golpearlo. Debido a que el metraje es grabado detrás del vidrio de un automóvil, sólo se logran escuchar los desgarradores gritos del supuesto “halcón”.
Finalmente, mientras uno de los soldados vigila la vialidad y otro observa al joven, un último integrante de la Sedena lo somete y le pisa la cabeza mientras revisa una pequeña mochila de donde saca algunos papeles.
Hasta el momento, la dependencia federal no se ha manifestado al respecto y se desconoce el estado de salud del presumible integrante del Cártel de Sinaloa o el lugar al que pudo ser trasladado para comenzar con las investigaciones.
Es de llamar la atención la manera con la que los soldados aprehendieron al sujeto, pero resalta aún más al conocer las condiciones en las cuales estos llamados “halcones” trabajan para los cárteles de la droga.
Recientemente se ha documentado que los cárteles usan a menores de edad, niños que oscilan entre los 10 y 13 años, para realizar esta tarea. Tienen el objetivo de lograr que las autoridades no sospechen de ellos y de la función que llevan a cabo.
Algunos de ellos obtienen una paga o la ilusión de algún día convertirse en un importante capo de la droga. Mientras que otros se han visto obligados a incursionar en esta práctica, ya sea por haber sido secuestrados o por las condiciones en las que crecieron.
Todos ellos son historias de niños que juegan a ser narcos o sicarios, los que marchan con sus familias en las caravanas de víctimas de desaparición y asesinato, los que sobreviven en la orfandad porque perdieron a un padre o una madre, o aquellos que murieron en medio de un enfrentamiento o por el “error” de un mal cálculo oficial en un ataque.
Es complicado confirmar una cifra exacta de niños “halcones”, pues es una tarea que debe mantenerse oculta y no se presume por todos lados. Sin embargo, en 2018, Alfonso Durazo, quien se preparaba para ser secretario de seguridad, afirmó que diversas organizaciones registraron en el país alrededor de 460 mil.
De acuerdo con Saskia Niño de Rivera, directora de la fundación Reinserta y autora del libro “Un sicario en cada hijo te dio”, el gobierno mexicano no cuenta con las herramientas suficientes para evitar el reclutamiento de menores al narcotráfico, pues es un tema bastante complejo que no tiene una solución sencilla.
“La verdad es que las autoridades son los principales que han hecho completo caso omiso de esta realidad. No lo están queriendo afrontar y nos parece muy grave”, declaró en una entrevista realizada para la organización InSight Crime.
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