La historia de Gastón Iansa, el carnicero que brilla en el automovilismo argentino

La historia de Gastón Iansa, el carnicero que brilla en el automovilismo argentino

Gastón Iansa
Celebrando su victoria en Rosario (Prensa APAT)

Son pocos los pilotos que pueden vivir del automovilismo y la mayoría debe dedicarse en la semana a otra actividad. En el abanico hay un caso particular que es el de Gastón Iansa, quien entre otros trabajos atiende una carnicería familiar. El joven de 25 años corre en la Clase 3 del Turismo Nacional (TN) y este domingo ganó en Rosario, fue su segunda victoria en la categoría y por ahora es el mejor debutante en la especialidad. Infobae habló con el competidor que tiene una historia particular.

“Mi viejo (Luis) corría de grande, a los 35 años, pero no andaba bien (risas). Entonces él dejó de correr y me subió a un karting a los 3 años. Después me contaron que salvo mi papá, mi familia creyó que era una locura. Pero empecé a probar en una pista en Cañuelas y anduve bien”, recuerda el joven de San Vicente. “Estoy a 15 cuadras de la quinta Perón”, afirma.

Su irrupción fue buena y comenta que “los tiempos que hice probando eran parecidos a los de los chicos que ya corrían. A los cinco años me hicieron un permiso especial para competir y corría contra chicos que me llevaban entre dos a cuatro años. Luego seguí y llegué a ganar 26 campeonatos de karting. A los 16 años decidí dedicarme a correr más allá de mi laburo afuera de las pistas”.

Desde muy chico aprendió a ser emprendedor y cómo rehacerse debido a golpes que tuvo su familia: “Mi familia me acompañó con mucho esfuerzo e íbamos a las careras de karting con un Citroën 2CV y un pequeño tráiler. Mis viejos tenían un reparto de pollos en la zona sur, pero se fundieron en 2001. Quisieron hacer todos los eslabones; poner campos, criaderos compraron y al otro día salió el corralito. Vendieron todo para poder seguir, se borraron todos los que les debían algo y el único que les pagó lo hizo con una granja y ese es el negocio que tenemos hoy, la carnicería y la fiambrería”.

Gastón Iansa
Gastón en sus inicios en el karting, donde afirma haber ganado 26 campeonatos

Como suele pasar con los jóvenes argentinos que quieren correr en el exterior, la falta de presupuesto truncó el sueño de poder correr en Europa y asegura que “lo único que pude hacer afuera es ir a correr el Panamericano 2006 en Brasil. Salimos un miércoles en auto e hicimos 2.000 kilómetros. Ese año fui el mejor argentino y terminé cuarto”.

Tiene muy presente esos sacrificios familiares para que él pueda competir y por ejemplo recuerda que “en la época del karting mi viejo capaz que un día no comía y cuidaba la plata para que no me faltara nada un fin de semana y yo pudiera correr sin problemas”.

Pero también destaca la educación que le dieron sus padres y con casos que tuvo en el automovilismo: “Me enseñaron a poner los pies sobre la tierra. Antes era muy ansioso y en una carrera en La Pampa choqué, rompí el auto y mis viejos me mandaron a Córdoba a trabajar en el taller con el equipo para aprender cómo se arreglaba el auto, pero principalmente para ver el trabajo duro que tienen los mecánicos cuando uno se equivoca y rompe el auto”.

Sus buenas actuaciones en el karting lo llevaron ser uno de los pilotos de la marca italiana CRG, una de las más importantes del mundo. Por eso revela que “mis actuaciones salieron en revistas italianas y en 2007 vinieron a hacerme unas fotos. Con ellos vino gente de la Fórmula BMW (Alemania) porque querían verme, pero tenían cambiada mi fecha de nacimiento y yo no podía correr ahí. Pensaron que tenía 17/18 años y recién tenía 11”.

Gastón Iansa
Sobre el auto, a punto de salir a una tanda de clasificación

Compitió en karting hasta los 16 años y luego pasó a los autos e hizo dos carreras en Fórmula 4 Nueva Generación, una categoría zonal de autos sin techo. Luego pasó al Turismo Pista (TP), una de las divisionales nacionales que más creció en los últimos años y que entre sus tres clases superan en cada fecha los 120/130 autos. En 2016, fue campeón en la Clase 1 de esa especialidad, que es una monomarca de Fiat Uno.

“En 2017 hice la Clase 2 del TP y corrí las últimas tres fechas de la Clase 2 del TN, con un Ford Fiesta. Estuve tres años en la Clase 2 donde gané dos carreras, en Neuquén 2019 y Bahía Blanca 2020, la penúltima antes de la pausa por la pandemia”, explica.

Gastón fue viral a principios de marzo de 2020, porque a su vuelta de un viaje por Europa comenzó con un aislamiento voluntario cuando aún no estaba ordenado a nivel nacional. Por esos días subió videos en sus redes mostrando cómo se guardó en un cuarto mientras su familia le alcanzaba la comida y otros víveres. Aunque sentencia que “fui uno de los pocos boludos que me encerré cuando volví de Europa en marzo de 2020. Me perdí una carrera por hacer las cosas bien y no fui a La Pedrera. No me arrepiento, pero lo que me molestó fue que en una situación igual hubo otros que no respetaron. Hoy en día, más allá de las vacunas, sigue pasando lo mismo, hay mucha gente que viaja y no respeta nada”.

Cuando se reinició la actividad a fines de 2020, la pandemia la vivió en carne propia y confiesa que “tuve COVID-19 entre la fecha de Paraná y Buenos Aires. Los primeros días la pasé mal, con dolor atrás de los ojos, fiebre, cansancio y me faltó un poco el aire. Tengo 25 años y soy re sano, esto no es joda. Luego me dieron el alta y luego pude correr”.

coronavirus y el automovilismo argentino
En el Aeropuerto de Ezeiza el día de su llegada tras su viaje a Europa en marzo de 2020. Se volvió viral por sus historias de su aislamiento voluntario

De las cuatro categorías más importantes de pista a nivel nacional, el TN es la única que sigue usando autos originales de calle y los mismos motores, pero preparados para correr. Como no tienen alerones (aditamentos aerodinámicos que facilitan el manejo y entregan más velocidad) y sus gomas no son muy anchas (no brindan la mejor adherencia y se desgastan con el correr de las vueltas), la conducción de estos coches es muy difícil y en cada competencia hay buenos espectáculos. Es común que alguien que larga detrás de los cinco primeros pueda ganar.

En la divisional mayor, la Clase 3, donde corre Iansa, también compiten Mariano Werner (actual campeón de TC), Leonel Pernía (campeón del Súper TC 2000 en 2019), José Manuel Urcera (vigente bicampeón de la Clase 3), Julián Santero (figura del TC y Súper TC 2000), Jonatan Castellano (referente del TC) y Facundo Chapur (campeón de la Clase 2 y bicampeón de la 3).

Para esta temporada Iansa logró el ascenso a la Clase 3 de TN gracias a un histórico, Ernesto “Tito” Bessone. “Tito es todo. Si no fuera por él no hubiera pasado a Clase 3. El año pasado choqué antes de la última carrera y cuando lo fui a saludar a Urcera, Bessone me dijo ‘vos vas a correr para mi equipo’. Él invirtió un montón de plata para poder correr. Me centra mucho y me dice en qué tengo que cambiar”, revela el corredor que compite con un Toyota Corolla y que este año también venció en Concordia.

Infobae también habló con el veterano corredor (múltiple campeón), que a sus 63 años compite en la Fiat Competizione: “Gastón es un piloto distinto, porque te das cuenta de la velocidad espontánea que tiene. Además, la interpretación y visualización que tiene para abordar una carrera y cómo va buscando los espacios y preparando las maniobras. Va a llegar muy lejos. Lo vi en la Clase 2 y apenas se subió a uno de mis coches me di cuenta”.

“Tiene un talento enorme y un carisma natural por su simpatía y se hace querer hasta por sus propios rivales/colegas, por todo el ambiente y por las gente en general. Me siento muy identificado porque cuando yo tenía su edad y mi vida pasaba por este deporte, también trabajaba en la fábrica de electrodomésticos con mi viejo. Él es un apasionado total ya que vive el éxito con una gran pasión y cuando no le va bien siente mucha frustración”, subraya Bessone.

Gastón Iansa
El abrazo con Ernesto «Tito» Bessone, dueño del equipo donde corre en la Clase 3

Un emprendedor

Si bien su pasión son los autos de carrera, Iansa hizo y hace todo para poder vivir. Desde la carnicería familiar hasta el corralón que encaró hace unos meses. También para poder reunir el presupuesto para poder correr. “Un Clase 3 cuesta 1,4 millón de pesos por fin de semana. Nosotros tenemos un grupo humano detrás que me viene bancando desde hace tiempo y me la simplifican mucho porque ellos son los que me consiguen patrocinantes. Son sponsors de la zona”, resalta.

Todo el grupo que lo ayuda son amigos y conocidos que hizo en sus trabajos fuera de la pista, como trabajar en la carnicería. “Arranqué en 2015 y al principio estaba de lunes de viernes. Era un empleado más. Todo el mundo pensaba que iba a estar en la caja por ser de la familia del dueño, pero tuve que cortar media res, atender de lunes a sábados de 9 a 8:30, y como me quedaba limpiando, salía a las 22:30. Los domingos tenía franco”, indica.

Tiene varias anécdotas y una de ellas fue un corte que se hizo con la sierra. “Estaba cortando unas patitas de cerdo para un locro del 25 de Mayo, que pidió una señora y me insistió que no le cortara las patitas congeladas, pero se tiene que cortar así. ‘Señora, me voy a cortar’, le dije. La sierra suele ir rígida para hacer bien el corte y como la patita de cerdo no estaba congelada, se corrió, me llevó la mano y me cortó una parte del lado derecho, pero igual era todo piel”, describe.

“Uno siempre tiene dar lo mejor en todo lo que hace. En la carnicería nunca tuve ningún cuadro de las carreras. Cuando hice un podio en el TN todo el barrio se enteró por la tele que yo corría. El martes a la mañana estaba cortando bola de lomo para hacer milanesas”, afirma.

Aunque no se quedó con la carnicería y se abrió a otros rubros. “Cuando comenzó la pandemia también empecé con un reparto de productos congelados. En esa época todo el mundo se puso un reparto de algo por la zona. Y ahora estoy con un corralón de materiales, pero sigo yendo a la carnicería. Es el negocio familiar y hay que cuidarlo”, aclara.

Gastón Iansa
Cortando la media res en la carnicería familiar. Se llevó el buzo para la «producción» fotográfica

Personaje especial

Gastón es alegre y desinhibido. Declara sin casete y no se le cae ningún anillo a la hora de la autocrítica. Asevera que “es mi forma de ser, dentro y fuera de la pista. En cualquier ámbito. Con los pilotos soy muy transparente y prefiero decirles la verdad. Debo ser uno de los que más amigos tienen en el automovilismo. Siempre cuando uno gana solo te saludan los mecánicos, y luego te saludan los pilotos. Pero cuando gané en la Clase 3 me saludaron todos”.

Ante la consulta de qué le falta al automovilismo nacional para recuperar su espacio, apunta que “nos den más libertad a los pilotos para ser como somos. Cuando nos bajamos no nos dejan decir lo que queremos. Porque uno se caliente y diga algo que le moleste a otra persona, no es cometer un delito. Antes voy veías un Traverso (Juan María), un Guerra (Miguel Ángel) o un Bessone (Ernesto) que decían lo que querían y eso no le caía mal a la gente. Yo, por hacer un chiste, hay gente que se piensa que no soy profesional. A raíz de eso uno va tomando una postura de ponerse un casete para declarar. Nos condicionan mucho. Nunca se dice un pensamiento puro y la gente se da cuenta de que uno no es auténtico delante un micrófono”.

Su testimonio es porque, en ocasiones, cuando los pilotos se quejan de los comisarios deportivos, critican a un rival o a una categoría, son sancionados. También pasa que los equipos oficiales que cuentan con apoyo de las fábricas quieren que sus corredores tengan un bajo perfil y no entren en polémicas.

Aunque en la pista Iansa suele dar mucho espectáculo porque no se guarda nada. “Tengo un estilo muy aguerrido, de ir muy al frente. Si largo 36º, pienso que voy a llegar al podio. Siempre fui así, desde la época del karting. Si tenés actitud, pero te manejás con respeto hacia tus rivales y tenés un buen auto, lo podés hacer”, sostiene.

Sobre cómo hace alguien que no vive del automovilismo para poder competirle a varios de los mejores profesionales del país, asevera que “intento mantenerme centralizado en lo mío y no pensar contra quiénes corro. Desde el primer entrenamiento que anulo eso de mi cabeza, porque sino no les podría competir. No me llevó tiempo bajar del póster a los pilotos más fuertes”.

Aparte del TN aspira a llegar al mundo del Turismo Carretera y para eso deberá correr en sus divisionales menores. “En el TN quiero afianzarme y cuando pueda quiero empezar en el TC Pista Mouras (tercera categoría previa para ascender al TC) porque van pasando los años y es un camino largo para llegar al TC. Es mi objetivo, no un sueño”, indica.

Es que su sueño es “poder tener una familia: lo más complicado debe conseguir una persona que te acompañe en todo y sea incondicional. Priorizo la familia porque me gustan los nenes. Somos pocos ‘Iansas’ en el país (risas)”.

Se terminó la charla telefónica y Gastón siguió con sus ocupaciones, atender el corralón o una visita a la carnicería familiar. También visitar a los patrocinantes en el mejor momento que es luego de otra victoria en la Clase 3 de TN. Es que Iansa no vive del automovilismo, pero vive para este deporte.

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Fuente: Infobae