San Juan de Lurigancho es el distrito más poblado de Lima y también uno de los más grandes. Más allá de los problemas que aquejan a esta zona de la capital, el lugar guarda pintorescas historias y una que otra particularidad, como la existencia de un título nobiliario en pleno siglo XXI pese a que la monarquía en el Perú no existe.
Así, se puede decir que dicho tiene en la actualidad un conde. Su existencia es poco conocida, pero la historia de cómo es que Gonzalo de Aliaga Ascenzo, actual caballero de la zona, obtuvo este título nobiliario, sorprende a más de uno.
El conde de San Juan de Lurigancho
Para hablar de esta historia es necesario remontarnos a la época donde el Perú todavía permanecía bajo el yugo español. Por aquel entonces las leyes de la corona regían en territorio nacional y fue precisamente esta monarquía la que otorgó una gran cantidad de títulos nobiliarios durante finales del siglo XVII e inicios del XVIII, casi todos por méritos militares.
El Rey Carlos II de España llegó al trono y fue él quien confirió el título de conde de San Juan de Lurigancho al general Luis de Santa Cruz y Padilla por servicios prestados a la corona y su gran trayectoria militar, que según se sabe era un legado familiar.
El nombre del título, por supuesto, respondía al hecho de que el general tenía tierras en el populoso distrito pese a ser natural de Lambayeque.
El rey también le confirió a Santa Cruz el oficio de tesorero y Blanqueador de la Real Casa de la Moneda en Perú de forma perpetua. Con el paso del tiempo el conde fundó un mayorazgo, asegurando así que su linaje continuara y permitiendo que únicamente los primogénitos pudieran heredar las tierras, a fin de evitar que estas se dividan, conservando el patrimonio en el seno familiar.
El título de conde pasó más adelante a manos de la familia Aliaga debido al matrimonio entre Mercedes de Santa Cruz y Sebastián de Aliaga, quien había heredado el mayorazgo de la casa del mismo nombre, fundada por Jerónimo de Aliaga.
Más adelante se tendría registro del último Conde de San Juan de Lurigancho, Juan de Aliaga y Santa Cruz, quien recibió la Orden del Sol de parte de Don José de San Martín y firmó el acta de la Independencia del Perú.
Con la llegada de este importante evento que finalmente nos liberaba de la opresión española, todo tipo de títulos nobiliarios quedaron abolidos ya que no había monarquía en el Perú.
Sin embargo, aunque en Perú estos títulos ya no tenían relevancia, España todavía los reconocía. Por esta razón, aproximadamente a mediados del siglo XX, algunos ciudadanos peruanos iniciaron un proceso de recuperación de estos títulos que la monarquía española emitió en su momento a fin de que su historia familiar no se pierda en el tiempo.
Naturalmente, estos cargos que sí fueron finalmente reconocidos carecen de valor alguno en una república. Se trata más bien de cargos simbólicos y un recuerdo de las familias que alguna vez los ostentaron.
En tal sentido, y siguiendo la línea sucesoria, el título de conde le pertenecía en ese momento a Jerónimo de Aliaga Derteano, quien al no tener hijos fue sucedido por Juan Luis de Aliaga Ascenzo.
Este último tampoco tuvo descendencia, por ello el título pasó a Gonzalo Jorge de Aliaga Ascenzo, su hermano menor. Es justamente este personaje que hasta hoy mantiene el título nobiliario de conde de San Juan de Lurigancho.
La casa del conde puede ser encontrada en la ciudad de Lima, pero curiosamente y aunque parezca increíble, no queda en San Juan de Lurigancho, sino en el Centro Histórico de Lima, y se trata de la casa de Aliaga, que permaneció como propiedad de la familia luego del matrimonio entre Mercedes de Santa Cruz y Sebastián de Aliaga.
Según el canal de YouTube “Curiosum Break”, un usuario de la red social Facebook pudo conocer en persona al conde y hasta tomarse una foto con él en el año 2021.
