En Argentina, la cantidad de siniestros viales aún es una de las principales causas de muerte, especialmente en los jóvenes menores de 35 años de edad. Por eso, el Día Internacional de la Educación Vial es el indicado para hacer un análisis de una situación que necesita acciones para revertir su realidad. El camino es largo, porque apostar a la educación es como sembrar una semilla para que germine y termine formando, años después, a un ciudadano más respetuoso de su entorno y los demás.
Hay dos formas de atacar esta problemática: la educación y las sanciones, y ambas deben ir en paralelo, al menos mientras los niveles de desconocimiento de las normas y la falta de compromiso influyan en una realidad tan compleja. Cuando la educación haya alcanzado los objetivos de una mejor convivencia en la vía pública, el escenario será distinto y quizás las sanciones no sean tan necesarias como parecen serlo en la actualidad.
En cualquier caso, la Agencia Nacional de Seguridad Vial es el organismo que debe actuar. Pablo Martínez Carignano, Director ejecutivo de la ANSV, habló con Infobae para analizar los temas referidos a la educación vial, es decir, al trabajo de formación para mejores ciudadanos en el futuro.
– La principal causa de muerte de los jóvenes aún son los accidente viales. Ese es el gran desafío para quienes tienen responsabilidad en un organismo como la ANSV. ¿En qué punto estamos hoy en Argentina en cuanto a educación vial real, efectiva, que se pueda apreciar?
PMC: “Usted acaba de decir ‘accidentes’ y, sin proponérselo, al usar esa palabra sintetizó el problema que tenemos en términos de educación vial en la Argentina. Un accidente es por definición un hecho fortuito, azaroso y por lo tanto inevitable. Lo que lastima a miles de argentinos al año no son accidentes sino decisiones voluntarias, contrarias a las normas y totalmente prevenibles. Conducir después de beber alcohol, exceder la velocidad máxima, no usar el casco en la moto o chatear al conducir son algunos ejemplos de las conductas que matan y nos matan y que en todos los casos obedecen a que alguien quiso hacerlo pese al riesgo que iba a generarse. Dicho esto, vayamos a la respuesta. Desde hace décadas escuchamos que lo que hace falta en nuestro país es educación vial, y también desde hace mucho tiempo existen normas que la exigen. Entonces, ¿por qué nunca se aplicó efectivamente? Porque para hacerlo bien y seriamente hace falta mucho compromiso y aún más trabajo diario, y esto no es habitual en lo que respecta a seguridad vial, pese a que se afirme lo contrario.”
– ¿Y cuál es el camino que hay que recorrer entonces?
PMC: “Como la educación en Argentina es provincial, si desde el ámbito nacional queremos que en las escuelas de Chaco o de Tierra del Fuego se enseñe educación vial en las aulas, tenemos que elaborar un convenio con los ministros de esas provincias. Luego, hay que capacitar a supervisores y directores y obviamente hay que formar a los docentes, que son quienes deben trabajar los conceptos con los alumnos. Por otro lado, el Consejo Federal de Educación debe declarar el tema como prioritario y apalancar el compromiso local. Y simultáneamente hay que generar los materiales para trabaja en todas las escuelas del país, tanto digital como físico. Todo esto lo venimos haciendo desde 2020 y por eso hoy se está impartiendo educación vial en en 20 de los 23 distritos escolares, tanto en jardines, escuelas y colegios de la manera en que entendemos que sirve, que es formando chicos y jóvenes en ciudadanía, en convivencia vial, y no en repetidores de que esa señal quiere decir bifurcación”.
– ¿Es más fácil educar a los chicos de las escuelas primarias que a los adolescentes de la secundaria? ¿Se usan distintos modos de enseñar y concientizar en ambas instancias?
PMC: “Son abordajes distintos relacionados con la edad, la madurez y la forma de moverse por el espacio público. Por ejemplo, en primaria usamos entre otros recursos canciones y videos de Luis Pescetti, mientras que, a un chico de secundaria, que en muchos casos ya maneja una moto, se le cuenta sobre el efecto del alcohol o las drogas en la conducción segura. Obviamente estos son solo dos ejemplos para comprender que los contenidos varían en cada caso”.
– ¿Coincide con la idea que tener educación general y respeto por el prójimo es parte de la seguridad vial más allá de conocer y respetar las normas?
PMC: “Por supuesto. Como decía antes, el mejor conductor no es el que sabe de memoria qué dice el artículo “X” de la Ley de Tránsito y muchos menos aquel que controla los derrapes o sabe hacer un trompo. El mejor conductor es el que usa su vehículo para ir de un punto A a un punto B y en el trayecto interactúa respetuosamente con los demás, se cuida y cuida a los que lleva, no hace caso a los estereotipos de conductor vivo y ganador que venden las publicidades, no es agresivo ni discriminador y rechaza la violencia”.
– La Educación Vial es sembrar una semilla para conductores del mañana como concepto, ¿pero debe ser solo aplicada a chicos y jóvenes o se debería aplicar a todos?
PMC: “La Educación Vial debe ser permanente, tenemos que actualizarnos incluso fuera del ámbito de la enseñanza formal. El momento de la obtención o la renovación de la licencia son hitos que deben jerarquizarse. Por eso, dentro de las facultades de la ANSV creamos el módulo de perspectiva de género obligatorio para todas las categorías y estamos ultimando detalles para que a partir del 1 de enero de 2023 todos los conductores principiantes deban asistir a un curso virtual de Seguridad Vial de manera obligatoria antes de ir a rendir los exámenes al centro emisor de su ciudad. Es un curso teórico, dividido entre autos y motos, donde se enseña desde cuáles son los puntos ciegos de los autos en los que un motociclista no debe situarse hasta cuestiones de normativa, elementos de seguridad, primeros auxilios, etc.”.
– La vida ecológica tiene tendencia a inspirar a las personas a utilizar más la bicicleta en todo el mundo, y acá, en Argentina, ha crecido mucho la cantidad de bicicletas que se ven en las calles. ¿Hay una educación vial pendiente para los ciclistas? Van por la calle o por la vereda, entre autos pero también entre peatones. Las bicisendas parecen una solución pero muchos de los ciclistas no van atentos al tránsito, es frecuente que no respeten un semáforo y que se crucen delante de los autos. ¿Es un problema visible que se debe atacar fuertemente?
PMC: “Estamos a favor de las bicisendas, del incentivo de su uso y apoyamos la creación de espacios seguros para que circulen. Y también vemos como una gran necesidad que existan las mismas facilidades para los motociclistas, sobre todo en los ingresos a las ciudades para que se segreguen respecto a los vehículos de otro porte. Las estadísticas reflejan que los motociclistas son las principales víctimas de la inseguridad vial, y hemos hecho recomendaciones a todos los gobiernos locales sobre la creación de motosendas y de espacios de estacionamiento en el centro de la ciudad, cosa que hoy no tienen”.
Mientras a nivel oficial se proyectan y realizan acciones como las que describe Carignano, hay otra mirada que es igualmente atendible respecto a la Educación Vial. Los periodistas Mauro Feito y Roberto Berasategui, ambos vinculados al mundo de las competencias automovilísticas, iniciaron hace 17 años un programa llamado “TC2000 va a la Escuela” que todavía da vueltas por todas las regiones del país, desde las grandes ciudades hasta los rincones más alejados en zonas de frontera, e incluso en otros países de Latinoamérica. En este tiempo unos 500.000 alumnos han presenciado sus charlas en casi 200 ciudades.
Tienen otro modo de enfocar el mismo problema. Con una doble misión. Por un lado, educar respecto a la Seguridad Vial relacionando ocho materias de la currícula, como física, química, matemáticas, biología, lengua, inglés, geografía e historia, con la dinámica de la movilidad de peatones y de conductores.
El otro objetivo es la Seguridad Vial propiamente dicha, con proyección de animaciones de situaciones que le suceden a una familia a en el tránsito por la vía pública y algunas reacciones equivocadas que buscan que los chicos corrijan errores en la situación y así fijen mejor los conceptos explicados anteriormente.
“Es cierto, el trabajo que está haciendo la ANSV desde su creación se va viendo cada vez más, pero cuando vamos a las escuelas con nuestro ciclo, encontramos que todo ese trabajo quizás no llega de la manera que debería llegar. Para nosotros es común recibir como respuesta ‘no sabían cuánta falta hacía una charla como esta’ y nos sorprenden”, dice Mauro Feito a Infobae.
“Creo que lo que se podría hacer es tocar el tema de una manera más moderna. Hoy los chicos tienen tecnología en un celular y no en un pizarrón. No podemos quedarnos solamente con un cuadernillo, tenemos que tener un mano a mano con los chicos. Y con explicaciones didácticas, con animaciones y videos, se llega mucho mejor a captar su interés”, reflexiona el periodista. Pero más allá del modo de hacerlo, la preocupación de estos dos profesionales que llevan tantos años recorriendo escuelas, hablando con docentes e interactuando con chicos, está en la Educación Vial para los más chicos.
“Lo primero que hay que hacer es enseñarles a ser mejores peatones. La cantidad de accidentes que hay en la salida de las escuelas es alarmante, y tiene que ver con la falta de conciencia de los chicos como peatones. Después debemos hablarles de cómo ocupar su lugar en los autos, en la parte trasera y sin molestar al adulto que está conduciendo. Y casi en paralelo hay que enseñarles a ser buenos ciclistas. Así como se hace tanto hincapié en el uso del casco para las motos, debería ser parte de la enseñanza vial, que usen el casco al andar en bicicleta”, comenta Feito.
“En cambio, con los adolescentes, la charla va por otro lado. Los jóvenes ya saben mucho sobre el efecto del alcohol y las consecuencias que pueden sufrirse por manejar alcoholizados, pero no se habla de drogas. Los chicos no saben qué produce la cocaína, la marihuana y qué produce el éxtasis. Y después hay otros dos temas de los que no son realmente conscientes: el efecto de la distracción por el uso del celular, que no es solo distracción visual, es distracción de atención, y el de la velocidad. Por eso es tan importante vincular la seguridad vial con las materias que cursan en la escuela. Cuando le hacés cuentas y les mostrás un video que representa lo que tarda un auto en frenar a cierta velocidad, se quedan sorprendidos”, agrega.
Los caminos se cruzan entre la acción del estado y la de los particulares. Todos buscan lo mismo, crear conciencia por sobre todas las cosas. Es cierto que es más complicado llegar a todos que llegar a algunos, por muchos que estos sean. Pero así como hay modos o enfoques distintos, también hay recursos distintos.
Una última reflexión de Mauro Feito es apropiada para cerrar el tema y seguir pensando en este Día Internacional de la Educación Vial: “Los chicos creen que son inmortales, que nada les va a pasar, sin embargo, es alarmante y contradictorio escuchar de ellos mismos cuando charlamos, la cantidad de adolescentes que han perdido algún familiar, amigo o compañero en un accidente de tránsito. Es fundamental que comprendan que en dos segundos, se pueden mandar la macana de su vida, y cuando se dan cuenta lo comprenden perfectamente”.
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