Adís Abeba, 30 no (EFE).- El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, volvió a reclamar hoy el triunfo del Ejército federal contra las fuerzas de las autoridades rebeldes de Tigray, pero no parece que hayan cesado las hostilidades en esa región fronteriza con Eritrea y Sudán.
En una intervención ante la Cámara de Representantes Populares (Cámara Baja del Parlamento) en Adís Abeba, Abiy afirmó que el Ejército federal ha salido «victorioso» y comparó el conflicto con la Guerra de Secesión de Estados Unidos (1861-1865).
«A lo que nos enfrentamos es similar a lo que Estados Unidos se enfrentó en la guerra civil estadounidense», indicó el mandatario, en referencia a la ruptura del «orden constitucional», que atribuye al Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT), partido que gobierna la región.
Abiy compareció ante el Parlamento tras declarar este sábado que el Gobierno federal tiene «el control total de la ciudad de Mekele», capital de Tigray y sede central del FPLT.
HUIDA DE LOS LÍDERES REBELDES
Esa operación marcó «la finalización de la última fase» de la ofensiva que el mandatario ordenó el pasado día 4 contra el FPLT en represalia a un ataque de fuerzas tigriñas a una base militar etíope en Tigray, si bien la tensión entre el Gobierno central y las autoridades regionales rebeldes se vivía desde hacía meses.
Según señaló hoy el primer ministro, los líderes del FPTL escaparon de la capital y se han refugiado en una área radicada entre las localidades de Abiy Addi y Hagere Selam, a unos 60 kilómetros del noroeste de Mekele.
«Es mejor para ellos ahora que se rindan porque los estamos vigilando y somos conscientes de sus movimientos todos los días. No quieren rendirse y siguen desestabilizando la región», aseveró.
Tras la toma de Mekele anunciada por el gobierno Federal, la televisión oficial regional Tigray TV informó de que fuerzas tigriñas derribaron un avión militar etíope en la zona de Abiy Addi y que el piloto fue capturado tras lanzarse en paracaídas, en un aparente mensaje de que las hostilidades no han acabado.
El experto del International Crisis Group (ICG) sobre Etiopía, William Davinson, opinó hoy en declaraciones a Efe que los líderes de Tigray «tienen la intención de seguir luchando en lo que probablemente sea un enfoque más de tipo insurgente».
«Pero aún no está claro cuál es el estado de las fuerzas de seguridad de Tigray después de los recientes combates, ni cuál es la reacción de la población a la intervención federal y el establecimiento de un gobierno provisional» tutelado desde Adís Abeba, advirtió Davinson.
Sin embargo, Efe no pudo verificar de manera independiente las versiones de uno y otro bando, ya que tanto internet como las comunicaciones telefónicas permanecen cortados, y el Gobierno etíope ha restringido el acceso de periodistas a Tigray.
La Asociación de Corresponsales Extranjeros de África del Este (FCAEA, en sus siglas en inglés), con sede en Nairobi, se declaró «muy preocupada» por esas restricciones y urgió al Ejecutivo de Adís Abeba a permitir el «libre acceso» de periodistas a Tigray.
DELICADA SITUACIÓN HUMANITARIA EN MEKELE
De lo que no cabe duda es de que la situación humanitaria en la capital tigriña es delicada tras el asalto del Ejército federal.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió ayer de que los hospitales y centros de salud locales se estaban quedando sin suministros para atender a los heridos.
El CICR explicó que ambulancias de la Cruz Roja Etíope transportaron a «personas heridas y fallecidas al Hospital de Referencia Ayder en Mekele» y que «aproximadamente el 80 por ciento de los pacientes sufrían traumatismos».
«Me temo que no tenemos cifras sobre el total de muertos o heridos en este momento», reconoció hoy a Efe la portavoz del CICR en Nairobi Crystal Wells.
El portavoz de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) para África del Este, Saviano Abreu, declaró hoy a Efe que siguen «profundamente preocupados por la difícil situación de los civiles en la ciudad, que alberga a casi 500.000 personas, y los más de 200 trabajadores humanitarios que estaban presentes en Mekele cuando comenzaron los combates».
«Es fundamental que los suministros y los servicios se restablezcan de inmediato en Mekele», agregó Abreu.
Cientos de personas han muerto en el conflicto y unos 44.000 etíopes han huido de la violencia al vecino Sudán.
«EN TIGRAY LA GENTE SE ESCONDE EN EL MONTE»
«En Tigray la gente se esconde en el monte, jóvenes y viejos. Lo más difícil es que no tenemos dinero, nada para cocinar, nadie trajo nada de su casa. Tuvimos que irnos. Vine con dos pares de pantalones», dijo un joven etíope que escapó a Sudán y que compartió su historia con Médicos Sin Fronteras (MSF) en un comunicado publicado este lunes.
Hasta la fecha, el primer ministro etíope, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2019, ha desoído los llamamientos internacionales a un cese o desescalada de las hostilidades contra el FPLT.
Aunque la contienda empezó el pasado día 4, el contencioso de Tigray venía complicándose desde hacía meses.
El punto de inflexión fue el retraso de las elecciones generales, que debían tener lugar el pasado agosto, por la covid-19.
El FPLT celebró en septiembre comicios parlamentarios regionales, que el Gobierno central tachó de ilegales, de ahí que busque ahora restablecer en Tigray el «orden constitucional».
Asimismo, desde el 5 de octubre, cuando teóricamente vencía el mandato de Abiy, el gobierno de Tigray no reconoce la autoridad del Ejecutivo federal.
El FPLT -que representa al 5 por ciento de los 110 millones de habitantes de Etiopía- lideró la coalición étnica que conformaba el gobernante Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE) hasta la llegada al poder de Abiy en 2018.