El simil del Indec de la Ciudad Autónoma de la Ciudad de Buenos Aires, la Dirección General de Estadística y Censos, estimó que en agosto la canasta de pobreza para una familia integrada por 2 adultos y dos menores de 9 años se incrementó 3,8%, levemente por debajo de la tasa de inflación y la valuó en 32.823,32 pesos.
Sobre base el organismo de estadística asumió que los “hogares cuyo ingreso total mensual es de al menos 1,25 veces la canasta total y no alcanza 4 veces o más la CT del Sistema de Canasta de Consumo” es sector medio, “clase media”, precisa. Así llegó a determinar que en agosto una familia porteña que fue capaz de reunir recursos a partir de un piso de $51.567,78 y hasta $165.016,87, se ubicó en esa categoría.
La “banda de ingreso” aparece como singularmente amplia, 320% –cuando para el segmento previo, “sector medio frágil”, la fijó en apenas 25%–, más allá del carácter aspiracional de la población de considerarse que pertenece a un rango social superior al que realmente determina el ingreso, por estos años muy deteriorado por la aceleración de la inflación y el aumento de la precariedad laboral.
«¿Cómo puede ser que con poco más de $50.000 mensuales una familia sea de clasificada como clase media? La respuesta es que esta clase es una construcción no sólo económica, sino cultural. Además, porque la Argentina hoy es un país de ingresos medios promedio bastante bajo”, suele decir el experto en el análisis del consumo e ingresos de las familiar, Gillermo Olivetto, presidente de la consultora W.
Sobre todo porque un hogar de “clase” media compuesto por 2 adultos y dos menores con escolaridad primaria, necesita sólo para el gasto de mantenimiento de la vivienda, como expensas y servicios públicos esenciales, unos $20.000, mientras que otro tanto o incluso más debe destinar a la educación, en general en un establecimiento privado a jornada completa, según valores referenciales del mercado para zonas intermedias de la ciudad, ni bajas, ni acomodadas.
Le quedarían apenas $11.500 para alimentos, consumos fuera del hogar, esparcimiento; ropa y calzado, y servicios privados, más allá de los médicos que pueden llegar a estar casi plenamente cubiertos por su lugar de trabajo.
Valores de referencia alternativos
El Centro de Economía Aplicada de la Universidad del CEMA (UCEMA) elabora mensualmente, desde marzo de 2008, el informe sobre la Evolución de la Inflación de la Canasta del Profesional Ejecutivo (CPE). El mimos describe el gasto del grupo familiar de un ejecutivo de empresa, residente en el área metropolitana del Gran Buenos Aires, sobre la base del relevamiento de unos 3.000 precios por semana, que concentran productos y servicios de consumo habitual de esa franja de hogares, como primeras marcas, colegios privados, turismo, autos, electrónica, entre otros.
El ingreso medio de un ejecutivo que reside en la Ciudad fue estimado en septiembre en el equivalente a 3.379 dólares
La última medición correspondiente a septiembre, arrojó una suba de 5,5% en el mes y de 49,5% en un año, en ambos casos levemente menor la inflación general que midió el Indec para el conjunto del país, a unos USD 3.379, que a valores de hoy un tipo de cambio de $62,37, representan poco más de $210.000 de ingreso destinado exclusivamente al “gasto del hogar”. Y es muy probable que quien se maneja con un presupuesto de ese rango se ubique entre las casi 4 millones de personas que tienen alguna capacidad de ahorro.
Según esa canasta de gasto del ejecutivo, ese sector de ingresos destinó este mes unos $25.400 a vivienda, y otro tanto al mantenimiento del hogar; otros $14.700 para la educación de los hijos; $37.400 a esparcimiento; $40.500 a alimentos y bebidas; $30.240 a transporte y comunicaciones; $17.430 atención médica y gasto para la salud, principalmente, como valores promedio de las familias con recursos monetarios similares.
Otro parámetro alternativo que puede utilizarse para definir a un hogar “clase media”, según su rango de ingreso, ––que no necesariamente se asocia con el promedio que detecta el Indec en cada medición trimestral– es el de 2 a 4 remuneraciones imponibles para el trabajador estable registrado, cuya base para agosto fue de $44.093. De ahí surge un rango de recursos monetarios de entre $88.186 y $176.372 por mes.
Si bien puede parecer más realista que el módulo que adopta la Dirección de Estadística de la Ciudad, aun resultaría limitado, si se tiene presente el costo promedio de dos matrículas de escolaridad primaria a jornada completa, el valor medio de las expensas, y ni que decir si debe sumar el valor del alquiler, más otros gastos fijos altos como los del transporte, alimentos y bebidas dentro y fuera del hogar, más salud, ropa y esparcimiento.
A favor de que la estructura de gastos e ingresos de un ejecutivo que mide UCEMA puede tomarse como un referente de la clase media está el resultado de la última Encuesta de Gasto de los Hogares (ENGHo) del Indec, para el período 2017-2018, porque para el caso del hogar con “clima educativo alto” dio cuenta de una distribución del presupuesto del grupo familiar muy similar.
Según pudo saber Infobae, en los primeros meses de 2020 el organismo oficial de estadística ampliará el Informe Preliminar con los datos en valores monetarios, los cuales asociados a la situación patrimonial de cada grupo habitacional, permitirá avanzar en la estratificación de los hogares, a partir de una referencia más amplia que el valor de mínima que el de la canasta de pobreza que toma la ciudad de Buenos Aires.
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