Mauricio Macri y Alberto Fernández conversaron sobre la renuncia de Evo Morales, cuando aún es incierto si se asilará en la Argentina o en otro país de América Latina. El presidente electo le envió al presidente de la Nación un WhatsApp en el que proponía un diálogo entre ambos para analizar la crisis de Bolivia.
Macri aceptó y conversaron por teléfono durante 10 minutos. No está previsto una declaración conjunta entre Macri y Fernández, frente a la crisis institucional que afecta a Bolivia.
Es que para Fernández se trata de un golpe de Estado y para Macri una salida traumática a un proceso electoral viciado que tuvo como principal protagonista a Morales.
En Bolivia se ha consumado un golpe de Estado producto del accionar conjunto de civiles violentos, el personal policial autoacuartelado y la pasividad del ejército. Es un golpe perpetrado contra el presidente @evoespueblo, que había convocado a un nuevo proceso electoral.
— Alberto Fernández (@alferdez) November 10, 2019
Desde que Morales anunció su renuncia, se especuló con la posibilidad de su llegada a Buenos Aires como exiliado político. Pero a continuación se desmintió esa posibilidad, así como que había solicitado “permiso de sobrevuelo” para aterrizar finalmente en Aeroparque o Ezeiza.
Macri estuvo en contacto con Jorge Faurie para conocer las últimas noticias desde Bolivia, a la vez que conversaba con Marcos Peña. El presidente aún no fijó posición oficial sobre la renuncia de Morales, y el canciller aseguró que si el líder boliviano pide asilo en Argentina, “será un asunto de absoluta resolución” de Macri.
«Las fuerzas armadas se declararon prescindentes, dijeron a la clase política que busque una salida y esto es lo que ha ocurrido”, agregó Faurie en declaraciones periodísticas.
La renuncia de Morales exhibe las diferencias políticas que existen entre Macri y Fernández. El presidente respaldo el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que demostró que hubo fraude electoral en los comicios que habían consagrado a Morales.
En ese contexto se dio la charla entre Fernández y Macri. Fernández preguntó al actual mandatario cuál era la situación en este momento a lo que Macri le dio información sobre un refugiado que se encuentra en este momento en la embajada argentina en Bolivia. Sería el renunciante Ministro del Interior.
“Te pido que a los que vengan y pidan asilo los preserves y protejas”, le habría manifestado Fernández según contaron muy cerca suyo esta noche tras varios intercambios telefónicos entre el presidente electo y referentes de su espacio con líderes de la región y allegados a Evo Morales.
En la reconstrucción del diálogo del que sólo ellos dos tienen precisión, la respuesta de Macri habría sido que “eso sólo en la medida en que no pidan la detención”. Fernández le habría insistido con la su situación de inseguridad en la que se encuentran ex funcionarios del gobierno de Evo Morales. “Eso es complicado”, respondió a su vez el presidente en ejercicio que tiene una visión muy diferente de la institucionalidad en el vecino país.
Fernández habría intentado convencer a Macri con el temor de que «puedan matarlos”.
Durante todo el fin de semana el presidente electo del Frente de Todos mantuvo varias comunicaciones. La única con Evo Morales sucedió el sábado al mediodía durante el almuerzo en la cumbre del Grupo de Puebla donde confluyeron líderes de la región como Dilma Roussef, Fernando Lugo y Pepe Mujica entre otros. El entonces presidente boliviano describió al presidente electo argentino que estaba sucediendo en su país, y ambos quedaron en contacto. Recién un día mas tarde, Morales aceptó convocar a nuevos comicios y disolver al tribunal electoral que había sostenido la legitimidad de su triunfo electoral.
También habló telefónicamente con el ex vicepresidente boliviano Álvaro García Linera quien también renunció. La tercera fue con el líder opositor Carlos Mesa con quien, según las palabras de Fernández, mantuvo una charla amable por lo que se sorprendió al ver el avance de hoy del líder de la protestas Luis Camacho.
En su charla con el renunciante García Linera, Fernández advirtió sobre sus diferencias con Macri las que le impedían prometerle ayuda. “Hasta el 10 de diciembre no puedo prometerles nada, después puedo ayudar”, respondió aunque como otros referentes de la región planteó su crítica a la situación públicamente.
Fernández esperó a hablar con Macri para hacer pública su postura. Escribió un extenso tuit en el que expresó el mismo pedido que había hecho en forma privada para preservar a los renunciantes funcionarios bolivianos con el temor de que corran riesgo sus vidas.»En Bolivia se ha consumado un golpe de Estado producto del accionar conjunto de civiles violentos, el personal policial autoacuartelado y la pasividad del ejército. Es un golpe perpetrado contra el presidente @evoespueblo , que había convocado a un nuevo proceso electoral», expresó. Repudió además “la violencia desatada”y que Evo Morales no haya podido completar el mandato presidencial en curso. Pidió además que haya elecciones en forma urgente en el vecino país y que Argentina se comprometa “con la institucionalidad y contra cualquier forma de golpe de Estado”.
Finalmente subrayó su preocupación planteada al Presidente en privado: “Espero que las actuales autoridades actúen bajo ese mismo principio preservando la integridad física de quienes puedan resultar perseguidos por el golpismo y colaboren hasta el 10 de diciembre con la recuperación de la democracia en Bolivia”.
Durante el llamado ninguno de los dos habló sobre los temas pendientes entre ambos como las reuniones por la transición y la ceremonia de traspaso del mando.
En la misma línea política que el presidente electo, Cristina Fernández de Kirchner tuiteo desde Cuba. “En Chile, masivas movilizaciones durante semanas piden la renuncia del presidente neoliberal Sebastián Piñeira y las Fuerzas Armadas y policiales reprimen brutalmente. Lo de Bolivia se llama golpe de Estado”, sostuvo la vicepresidente electa que mañana regresa a Buenos Aires.
Al margen de la conversación telefónica que Macri mantuvo con Fernández, el gobierno emitió un comunicado adonde insta a preservar la paz social y al diálogo político, pero que en ninguno de sus párrafos califica a la renuncia de Morales como la consecuencia directa de un golpe de Estado.
“El gobierno argentino hace un llamado a todos los actores políticos y sociales bolivianos para preservar la paz social y el diálogo, enfatizando la importancia de encaminar este período de transición que se ha abierto por las vías institucionales que establece la Constitución de ese país”, sostiene el comunicado que se redactó en la Cancillería.
Y concluye: “Resulta imprescindible que todas las fuerzas y dirigentes políticos bolivianos actúen en este delicado momento con responsabilidad y moderación”.
Tras el comunicado oficial y los tuits de Fernández y CFK, las posiciones frente a la renuncia de Morales quedaron explícitas. Macri sostiene que hay que convocar a elecciones transparentes y evita calificar los acontecimientos en Bolivia como un quiebre del orden constitucional, mientras que el presidente y la vicepresidente electa afirmaron en las redes sociales que se trató de “un golpe de Estado”.
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