El experimentado ejecutivo del sistema financiero Mark Mobius aseguró que el presidente Alberto Fernández mostró en sus primeros dos meses de gestión medidas más ortodoxas que Mauricio Macri y que debería seguir el estilo de reformas de Donald Trump y Jair Bolsonaro para atraer inversiones y lograr que la economía vuelva a crecer.
Dueño de su propia empresa, que maneja activos por USD 180 millones y ex presidente de Templeton de 1987 a 2018, Mobius dijo en una entrevista con Infobae que hay mucho interés por las empresas y la deuda de la Argentina por las tasas de interés que ofrece, por lo que la renegociación de la deuda debería ser exitosa. Sin embargo, advirtió que el Gobierno debe guiarse con el consejo de expertos del mercado para llevarla a cabo y recomprar parte de su deuda para ahorrar dinero.
Nacido en Nueva York en 1936, recibió un doctorado en Economía del MIT y adoptó la ciudadanía alemana. Aunque vive actualmente en Singapur, no deja de viajar a todos los rincones del mundo en busca de nuevas inversiones. Esta semana estuvo en Santiago de Chile, Buenos Aires, San Pablo y Río de Janeiro. Su receta para no cansarse a su edad es una hora de ejercicio diario.
—¿Cuál es su visión sobre los primeros dos meses del gobierno de Alberto Fernández?
—Mi impresión es bastante buena, porque mostró su intención de enfrentar la crisis al subir impuestos en una fuerte política ortodoxa.
—¿Observa grandes diferencias con la política económica de Macri?
—No es tan diferente; adoptó las políticas de Macri con algunos cambios, como el incremento de impuestos.
Alberto Fernández adoptó las políticas de Macri con algunos cambios, como el incremento de impuestos; es más ortodoxo
—¿Entonces cree que es más ortodoxo que Macri?
—Sí; Macri debería haber aumentado antes los impuestos y resolver la cuestión de la deuda. Y este presidente lo está haciendo rápidamente. Entendió que no tiene tanto tiempo.
—¿Por qué?
—Porque la sociedad es impaciente y podrá perder las próximas elecciones legislativas si no se mueve rápido. Y estas cuestiones al menos llevan un año para resolverse. La buena noticia es que a la economía de Estados Unidos le está yendo muy bien y eso empujará a las economías de América latina y las tasas de interés permanecen bajas, así que hay una gran ventana abierta para estos países con mucha deuda para reestructurarla. Si las tasas permanecen bajas, será bueno para la Argentina.
—De modo que si el país llegara a un acuerdo rápido con el mercado, ¿podría volver rápido al mercado?
—Sí, eso creo. Hay mucho dinero buscando por buenos rendimientos. No hay buenas tasas en los países más desarrollados.
—¿Cuál es la quita esperada?
—El mercado sigue los precios del mercado y esa es la quita que espera. Como no quiere tomar la pérdida, no vende sus bonos y espera a la renegociación.
Cómo sigue la renegociación
—Por el otro lado, ¿qué pasaría si decidieran tener una postura agresiva?
—Si no hubiera una reestructuración en los próximos meses, sería una mala noticia para el mercado, pero no creo que ese sea el caso porque veo que el Gobierno está dispuesto a llevarla a cabo. Es más, no entiendo por qué el Gobierno no está recomprando la deuda a estos precios, porque si lo hicieran ahorrarían bastante dinero. Deberían hacerlo lentamente. Lo otro que me sorprende es que no haya contratado todavía a un banco grande para ayudarlos en esta restructuración. Tienen que hacerlo antes que nada para saber qué pasos deben dar.
Si no hubiera una reestructuración en los próximos meses, sería una mala noticia para el mercado; es más, el Gobierno debería estar recomprando su propia deuda
—¿Cree que habrá un tratamiento diferencial para los acreedores con bonos en pesos y en dólares?
—Sí, hay una gran diferencia, porque en la deuda con ley local pueden hacer lo que quieran. Los tenedores no tienen opción. En cambio, con los acreedores con ley extranjera, es otra historia. Si las cosas se ponen peor, la alternativa para el Gobierno será reestructurar la deuda con ley local y así podrán pagarles a los bonistas con ley extranjera.
—¿Pero qué pasaría en ese caso con los fondos extranjeros que tienen deuda con ley argentina?
—Quedarían atrapados. Para los inversores con ley extranjera la pregunta clave es: ¿está cumpliendo con la ley el gobierno argentino?, porque deberán ser bastante más estrictos con la ley extranjera que con la local.
—¿Prevé que haya una nueva pelea entre los acreedores más hostiles, como ocurrió con los fondos buitre en el pasado?
—Sí, porque la ley extranjera permite la alternativa de ir a juicio.
—¿Y hay fondos interesados en dar esa batalla?
—Claro.
—¿Prevé una recuperación de la economía argentina este año o el próximo?
—Sí; creo que habrá una recuperación primero en la minería y el petróleo. Y aunque pusieron retenciones más altas en el campo, todavía pueden conseguir una buena ganancia por la devaluación de la moneda. Lo que sí debe hacer el Gobierno es cerrar la brecha entre el tipo de cambio oficial y el no oficial con una devaluación. Por otro lado, aunque dije que el aumento de impuestos es bueno para el corto plazo porque le demuestra al mercado que quiere pagar la deuda, en el mediano plazo afecta las posibilidades de crecimiento de la economía. Y lo mismo ocurre con el control de precios, que no deben permanecer por mucho tiempo porque generan distorsiones en la capacidad de inversión.
—¿Cree que es posible obtener un importante nivel de inversión para desarrollar Vaca Muerta?
—Sí, hay muchas oportunidades de inversión en minería y petróleo que pueden ser importantes.
El FMI y los bonistas
—Ya comenzó la misión del FMI. ¿Cuán importante es el rol de este organismo para los acreedores privados?
—Es muy importante; para los acreedores el FMI es el garante de las reformas que debe hacer el Gobierno.
—La pregunta es si el FMI y los bonistas tienen los mismos intereses, dado que al primero el Gobierno no le puede plantear una quita y a los segundos sí. ¿No cree que el FMI va a presionar para que esa quita sea más relevante así se asegura cobrar?
—No, porque ambos tienen los mismos intereses. No creo que el FMI quiera que los acreedores queden heridos en la negociación con la Argentina. El Gobierno tiene muchos recursos para pagar si vende algunos de sus activos; si no quieren llamarlo privatización, no lo hagan, pero deberían utilizar esa herramienta. Por eso creo que debería haber algún cambio en la relación entre Cristina Kirchner y el presidente Alberto Fernández…
No creo que el FMI quiera que los acreedores privados queden heridos en la negociación con la Argentina
—¿El mercado teme por la influencia de Cristina Kirchner?
—Sí claro. Porque si el Gobierno comienza a repetir las cosas que se hicieron hasta 2015 no será bueno para el país. La buena noticia es que el Presidente fue bastante crítico de lo que hizo ella. Por otro lado, creo que es interesante lo que está mostrando el presidente Donald Trump con su estrategia de darles más poder a los gobiernos para llevar adelante reformas e ir en contra del status quo. Eso es muy inspirador para los líderes políticos de muchos países, aunque Trump no les caiga bien en términos personales.
—Entonces si Trump resultara reelecto, ¿sería más sencillo para la Argentina renegociar su deuda?
—Sí, en tanto el gobierno argentino lleve adelante las políticas que quiere Trump.
—¿Cuáles?
—Orden financiero, una balanza comercial bilateral equilibrada y más énfasis en que haya empresas privatizadas.
—¿Qué pasaría si el país cayera en otro default?
—Ese sería un gran problema en el que es mejor ni siquiera pensar. No creo que ocurra, porque veo al Gobierno moviéndose en la dirección de pagar y de hacer reformas. Lo que se hizo en la ciudad de Buenos Aires es un ejemplo de lo que un gobierno puede hacer y conseguir apoyo político por esas reformas.
—¿Lo conoce a Joseph Stiglitz, que es el mentor intelectual del ministro Martín Guzmán?
—Sí. Y no creo que pueda tener un rol positivo en esta negociación. Él se considera de izquierda y su visión no es muy aceptada en Washington. Así que no sería muy útil para negociar con el Fondo. Los demócratas en general se han movido hacia la izquierda y en eso Trump ha sido exitoso, porque la sociedad norteamericana se ha dado cuenta cuáles son las políticas que funcionan.
La economía global
—¿La política exterior de Estados Unidos se enfocará más en la región luego de apuntar tanto a Medio Oriente?
—Sí. Habrá más interés en toda la región, sobre todo después de haber firmado el nuevo acuerdo comercial con Canadá y México. Porque puede haber negociaciones similares con otros países latinoamericanos. Por supuesto que se requieren dos para bailar el tango, así que en buena medida todo depende también de la recepción que haya entre los gobiernos de la región respecto de las iniciativas de Trump.
—La percepción que predomina en la región es que Trump es más proteccionista
—No lo creo. Su política es buscar un comercio más justo, no más proteccionista. De hecho, él quisiera que hubiese más tratados de libre comercio, pero lógicos para Estados Unidos y no como los que regían.
—¿Prevé que la guerra comercial con China?
—Se irá resolviendo, pero en forma gradual. Los chinos se darán cuenta con el tiempo que no pueden tener un déficit de 300.000 millones de dólares permanente con Estados Unidos. Pero esto tomará tiempo. Y también ya se dieron cuenta que deben crear una economía basada en el consumo doméstico y no en las exportaciones.
—¿Qué Cisne Negro espera en la economía global?
-El único posible sería que Trump que no compitiera de nuevo, porque China crecerá y Brasil también. De hecho, los líderes de la Argentina deberían mirar lo que está haciendo Brasil en términos de reformas para crecer. El presidente argentino debe seguir las reformas de Bolsonaro y Trump, fortaleciendo las empresas medianas y pequeñas reduciendo regulaciones y restricciones para que la gente pueda trabajar.
—¿Cuáles son sus opciones preferidas en los mercados emergentes?
—Nuestras mayores apuestas de inversión son en China e India, seguidas por Brasil, Corea, Taiwán, Turquía y Polonia.
—¿Apuesta a realizar alguna inversión en la Argentina?
-Por esta razón estoy acá. Los sectores más interesantes son los bancos, empresas industriales y algunas relacionadas con el consumo.
Los sectores más interesantes para invertir en la Argentina son los bancos, industrias y empresas vinculadas al consumo
—¿Los precios son atractivos para comprar?
–Sí, han bajado mucho y son interesantes. La buena noticia es que podemos comprar acciones de estas empresas desde el exterior, a través de las ADRs, sin estar preocupados por los controles de capitales. Pero esa debería una señal que le brinde el Gobierno a los que quieren invertir acá: que no tendrán controles de capital.
-O sea que observa buenas perspectivas de inversión…
—Sí, de hecho la deuda privada tiene una perspectiva mejor que la pública, porque hay muchas empresas que tienen una capacidad más alta de pagar que el Gobierno.
—¿Y, aunque usted no invierte en deuda pública, lo haría en este caso?
—Sí, a estos precios lo haría. Mientras las tasas de interés se mantengan tan bajas en Estados Unidos y a nivel global, la deuda soberana argentina es una oportunidad interesante. Creo que la Reserva Federal las mantendrá bajas, porque no hay que olvidar que Trump así lo pidió.
—Algunos economistas señalan que este pedido dañó la independencia de la Reserva Federal
—No creo que la Reserva Federal haya sido independiente alguna vez. Si uno lee la biografía de Alan Greenspan, entiende que él también estaba muy pendiente de la política. Y eso es verdad para cualquier país: los bancos centrales no son ajenos a las presiones políticas.
—En suma, usted es más optimista que pesimista respecto de la Argentina
—Sí, por la situación global en general y la de Estados Unidos en particular es muy buena. Además, el ambiente de tasas de interés es muy conducente para que la gente invierta en el país por sus rendimientos interesantes. Si este panorama cambiara, el panorama sería diferente. Pero ahora el país está en un momento perfecto para reestructurar.
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