Irán anunció el sábado que 139 personas más habían muerto por el coronavirus, elevando el número oficial de muertes a 2.517 en uno de los países más afectados del mundo.
El portavoz del Ministerio de Salud, Kianoush Jahanpour, dijo en una conferencia de prensa que se habían confirmado 3.076 casos más en las últimas 24 horas, lo que eleva el número total de infecciones a 35.408.
Las autoridades iraníes, que no han decretado cuarentenas como en otras zonas de la región, insisten en que tienen la situación bajo control pese a la preocupación de que los centros médicos puedan colapsar.
El viernes, el ejército habilitó un hospital de 2.000 camas en un centro de exposiciones en la capital del país para aliviar al sistema sanitario Teherán, que combate el peor brote de coronavirus en Oriente Medio, reportó la televisora estatal.
El hospital de campaña, que incluye tres unidades y varias zonas de aislamiento, se levantó en apenas 48 horas, agregó la televisora. En él ingresarán pacientes que se están recuperando del COVID-19, la enfermedad causada por el virus.
El control de las instalaciones se entregó al personal sanitario y comenzarán a recibir pacientes la próxima semana, dijo el general Ali Jahanshahi, vicecoordinador del ejército, según fue citado por la televisora el jueves.
Sobre el país pesan severas sanciones de Estados Unidos desde que su presidente, Donald Trump, retiró de forma unilateral a Washington del histórico pacto nuclear alcanzado en 2015 entre la República Islámica y las potencias mundiales. Estados Unidos ofreció ayuda humanitaria pero las autoridades iraníes la rechazaron.
A principios de semana, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, rechazó la ayuda estadounidense y planteó una teoría conspiranoica según la cual Estados Unidos creó el virus, algo de lo que no existen evidencias científicas.
Por otra parte, cientos de iraníes enfermaron o murieron tras beber metanol por la creencia errónea de que protege contra el virus. Las redes sociales han ayudado a la difusión de remedios caseros para la enfermedad en el país, donde la población desconfía del gobierno luego de que en un primer momento restase importancia a la crisis.
La mayoría de los casos de COVID-19 sufren síntomas leves o moderados, como fiebre y tos, que desaparecen en unas semanas. Pero otros, especialmente gente mayor o con enfermedades previas, puede manifestarse con un cuadro más grave, incluyendo neumonía o la muerte. El coronavirus es muy contagioso y gente sana sin síntomas puede propagarlo.
El virus ha infectado a más de medio millón de personas en todo el mundo y se cobró la vida de más de 24.000. Más de 120.000 se han recuperado, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins.
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