“Este era el escenario de ayer, hoy con estos valores a nivel internacional cambió todo” reconoce un hombre cercano a las negociaciones con el Gobierno para que finalmente se imponga un precio sostén que subvencione la producción de Vaca Muerta. Sin embargo, el piso al que ayer llegó el precio del barril en el mundo hizo que lo que hasta ayer era la joya de la corona, hoy brille un poco menos.
El precio del crudo estadounidense cotizaba esta tarde a un mínimo de USD 1,02 por barril, el precio más bajo desde 1983 y una caída de 94% respecto del valor con el que cerró el viernes (USD 18,27) lo que haría suponer que el recorte anunciado por la Organización de los Estados Petroleros (OPEP) no fueron los suficientemente importante para compensar la caída que sufre la demanda, como consecuencia del escaso consumo por la pandemia de coronavirus que dejó, literalmente, a la mitad de la humanidad en sus casas.
Pero aunque el Brent, que es el valor que se toma en la Argentina, cayó apenas 8%, las empresas y las provincias petroleras miran de un lado a otro entre Vaca Muerta y la Casa Rosada con el mismo frenesí que alguien miraría un partido de tenis.
“Lo que planea el precio sostén es generar cierta expectativa respecto del precio que va a tener la producción a medida que empiece a recomponer la demanda interna. Si bien hoy no hay prácticamente venta de crudo en el mercado, porque hay stock y porque tanto YPF como Pan American Energy consumen el crudo que producen”, explicaron en off desde las provincias productoras.
Los gobernadores, que están esperando el decreto como maná del cielo, señalan que mayo “sería el peor mes». Y dan sus razones: «En la medida que se recomponga la demanda interna junto a la flexibilización de las medidas del aislamiento, a partir de junio se va a recuperar y el barril criollo va a dar previsibilidad en base a que cubre costos de producción y permite reiniciar algo de la actividad. Ese es el fundamento central. En la medida que el surtidor pueda sostener, que en esos valores hay una distribución equilibrada de los costos entre los distintos sectores de la cadena, el precio sostén ayuda a sostener el empleo en esta etapa de stand by y va a potenciar la ayuda también para poder retomar la actividad cuando la demanda mejore”.
La pandemia está destruyendo el consumo y con eso está arrastrando los precios de los futuros, al punto que en algunos lugares del mundo están pagando para que se lleven el petróleo. Esto haría que la tendencia al cierre de pozos que se había evidenciado hace unas semanas, acelere. “Sin lugar para almacenar y con estos precios, es preferible que se quede donde está”, explicó a Infobae un jugador importante de la cuenca rionegrina.
Tanto es así que el gremio de los petroleros que opera en la zona firmó una reducción del salario de 70% con el fin de que no se pierdan puestos de trabajo ya que, señalan, la actividad es nula.
La ventaja que tienen las provincias petroleras, y las empresas, a la hora de discutir el barril criollo es que uno de las que más insiste es Alicia Kirchner, ya que su provincia, Santa Cruz, depende en buena parte de los ingresos que le deja el sector por las regalías.
Quizás es por eso que una de las personas que terminará definiendo si finalmente la industria petrolera local tiene un barril criollo de USD 45 esta semana o deberá esperar hasta que las aguas se calmen, cuando se le consultó cómo cree que impactaría el desarrollo internacional de los precios, aseguró: “Por el momento, descartamos incidencias”.
Pero de todas formas, y aunque en el sector privado estén a la expectativa, algunas otras voces ligadas a la industria entienden que sería “descabellado” que hoy el Gobierno presente un barril criollo. ¿»Por qué ofrecerían algo con estos valores? Con estos precios es imposible que paguen más de 5 dólares por algo por lo que no hay precio de referencia», se preguntó un directivo de una petrolera.
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