El desabastecimiento de medicinas, el empeoramiento de la atención en los centros de salud, la ocurrencia de enfermedades que se creían erradicadas, unido a la pandemia del coronavirus, es una bomba de tiempo, que pone en una situación de mayor vulnerabilidad a la población, lo que aumenta el riesgo de muerte de numerosas personas de sectores populares del país.
Esa es una de las conclusiones más reveladoras de la encuesta tipo cuestionario que el Centro Gumilla y la Red Agroalimentaria de Venezuela han presentado en el marco del Sistema Centinela para el Seguimiento de la Situación Social, Agroalimentaria y de Salud ante la emergencia en Venezuela.
El cuestionario fue aplicado, desde el 26 de enero hasta el 2 de febrero de 2021, por los Coordinadores Regionales de la Fundación Centro Gumilla, que goza de gran prestigio en Venezuela; las preguntas fueron agrupadas en dos grandes dimensiones: Situación Socioeconómica y Situación Alimentaria.
Es por demás dramático que tres de cada cuatro de los hogares más pobres de las localidades indican que están cocinando con leña, siendo en las regiones Andes Barinas y Nororiente la única forma de cocinar.
“En el 94% de las localidades los informantes opinan que es dificultoso o muy dificultoso el abastecimiento de gasolina, siendo 100% muy dificultoso en la región Capital y 91% en la región Guayana. La cantidad promedio que se paga por un litro de gasolina en el comercio ilegal es de $1.83, muy por encima del precio oficial”.
Lo que arroja el sector educativo es muy desalentador, porque el estudio encontró que los “niños que no están recibiendo clases a distancia, que cuando no estudian están ocupando su tiempo en salir a la calle, alto número de representa una situación de exclusión y un potencial riesgo de ser arrastrados a la delincuencia, al trabajo forzado y a la prostitución infantil”.
Determinan, ante la situación alimentaria, “el inminente riesgo de desnutrición a la que está expuesta la población de escasos recursos, si tomamos en cuenta los componentes de productos que contienen las cajas Clap, que en su mayoría son carbohidratos, y nada o casi nada de productos proteicos, resaltando el hecho de que el producto más caro es la leche en polvo y es el que más está ausente en estas bolsas de comida”.
Como conclusión Gumilla y Agroalimetaria dicen: “Cóctel mortal de condiciones que requieren de atención urgente de diversos actores para superar la desigualdad, la exclusión, la crisis alimentaria, de salud, educación, económica, social, de seguridad personal, de servicios e infraestructura, en un contexto de crisis sanitaria mundial, crisis política nacional y de emergencia humanitaria compleja”.
El instrumento arrojó, sobre la calidad de vida diaria de la población en estudio, que “se observa un nivel dramático de deterioro de la misma, por la baja calidad y el acceso a los servicios públicos, unido a las dificultades y empeoramiento del transporte, escasez y altos precios de la gasolina.
La falla de los servicios públicos y la falta de ingreso para comprar lo necesario, son los dos problemas que más preocupan a la gente de la comunidad. “la falla de servicios públicos afecta más a la región Capital y la falta de ingresos parece ser más sentida en la región Nororiente”.
Dos de cada tres ciudadanos perciben que la situación del 2021 será peor o mucho peor. Una tercera parte indica que será igual a la actual. Siendo la región Andes Barinas la que lo percibe peor y mucho peor (83%).
Una de las cifras necesarias de resaltar es la que indica que “en el 52% de las localidades aumentó el nivel de delincuencia y los problemas de seguridad personal respecto al mes pasado, destacándose las localidades ubicadas en la región Central (83%) y en poblaciones pequeñas (80%)”.
Casi la mitad de las actividades delictivas son robos y atracos, y en las regiones de Guayana y Andes Barinas también destacan las ventas ilegales. “En la región Capital destacan las drogas y en la región Central las drogas y los secuestros”.
Las redes sociales
Gumilla y la Red Agroalimentaria determinaron, en cuanto a las condiciones económicas, “el nivel de precariedad laboral, el aumento de la informalidad, el aumento de las actividades ilegales, la disminución de la actividad económica comercial y la infraestructura comercial y monetaria representa una evidente situación de crisis”.
Subraya que llama la atención, sin embargo, “que muchas de estas familias siguen manteniendo apoyos de remesas de familiares que están en el exterior”. Observaron “un pequeño número, pero significativo de personas que no están migrando al exterior, sino a otras regiones del país”, por lo que recomiendan hacerle seguimiento al tema.
Es relevante que “los informantes calificados indican que en el 52% de las localidades disminuyó la actividad económica comercial en el último mes, por cuanto algún negocio cerró o dejó de funcionar, en 73% en la Región Guayana Suroriente y 60% en población pequeña”.
“Los informantes calificados apuntan que en aproximadamente 8 de cada 10 casos aumentó el trabajo informal, siendo que en Barrio Ciudad Grande es donde más aumentó (92%), incrementándose las actividades ilegales para obtener ingresos, mayormente en la región Capital”.
La violencia, describen, está expresada y enraizada en distintas manifestaciones: “asesinatos, venta ilegal, secuestros, venta de drogas, entre otras. En este sentido y en relación con esta situación, llama poderosamente la atención la percepción del empeoramiento que la población tiene de la tarea de protección de los organismos de seguridad del Estado”.
Aunque los medios a través de los cuales la gente se informa más son las redes sociales, obvia decir “que por otras fuentes se sabe que la mayoría de la población no tiene permanentemente acceso a estos recursos informáticos, sobre todo la gente de sectores populares por el tema de baja calidad del internet, lo que se corrobora cuando en el estudio se encontró que la gente destaca el empeoramiento de la telefonía fija, celular e internet”.
Entre las conclusiones del cuestionario está el relacionado al costo de los alimentos que “representa un monto considerable de salarios mínimos, cantidad monetaria no disponible para la población vulnerable, por la disminución del ingreso y por la inflación que se presenta a nivel nacional, lo que significa la imposibilidad de compra de la canasta básica alimentaria”.
Finalmente, uno de los datos relevantes es que detecta “la primera forma de pago en las localidades es el efectivo en dólares, y es en la región de Occidente donde más se usa (88%). El pago móvil es la segunda forma de pago (39%), mayormente usada en la región Central”.
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