La belleza del día: “Alejandro Magno y Campaspe en el Estudio de Apeles”, de Giovanni Tiepolo

La belleza del día: “Alejandro Magno y Campaspe en el Estudio de Apeles”, de Giovanni Tiepolo

Tiepolo
“Alejandro Magno y Campaspe en el Estudio de Apeles”, de Giovanni Tiepolo

Giovanni Battista Tiepolo (1696-1770), de quien hoy se cumplen 325 años de su natalicio, es considerado el último gran pintor del barroco.

Conocido como “el más grande decorador” de su siglo, tuvo como maestro a Gregorio Lazzarini, aunque su obra se puede ver la influencia de Tiziano, Tintoretto y Veronés.

El artista gozó de un enorme éxito en vida y recibió encargos de Venecia, Milán, Bérgamo, Vicenza y Madrid, a donde particó a principios de 1762, para ser el principal decorador al fresco de varios techos del Palacio Real de Madrid. Allí también murió.

Una de las figuras más importantes del rococó italiano, tanto por sus pinturas murales al fresco como por las realizadas al óleo sobre lienzo, la obra de Tiepolo adorna techos de muchísimos espacios.

Alejandro Magno y Campaspe en el Estudio de Apeles es una obra de 1740 que se encuentra en el Museo Getty de Los Angeles. Allí retrata a un artista juvenil, que mira con nostalgia a la mujer regia cuyo retrato está pintando.

El joven artista es el pintor de la corte de Alejandro Magno, Apeles, a quien los escritores antiguos consideraban el mejor artista de su tiempo. Según la Historia natural de Plinio del 77 d.C., Alejandro le encargó a Apeles que pintara un retrato de su concubina favorita, Campaspe.

La historia ilustra los poderes transformadores del arte: Apeles se enamoró de su modelo mientras capturaba su belleza en un lienzo. Alejandro estimaba tanto a su pintor que le regaló Campaspe a Apelles como recompensa por el retrato.

El cuento de Alejandro y Apeles, uno de los favoritos de los pintores renacentistas y barrocos, celebra el poder y la nobleza de la pintura. Giovanni Battista Tiepolo pintó este episodio al menos tres veces. Para esta, la tercera representación, adoptó un estilo clasicista en el que elementos arquitectónicos antiguos y esculturas en relieve evocan un suntuoso entorno palaciego. El fondo proporciona un área focal para la mirada de Alejandro Magno, que parece apuesto y seguro de sí mismo, pero sin darse cuenta de las miradas cargadas que comparten Apelles y Campaspe.

Con información del The J. Paul Getty Museum

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Fuente: Infobae