Renunció a su trabajo, voló con su guitarra a Europa, canta rock argentino en la calle y gana 100 euros por día a la gorra

Renunció a su trabajo, voló con su guitarra a Europa, canta rock argentino en la calle y gana 100 euros por día a la gorra

Esta es del 2010 cuando empecé a cantar, en Los Ángeles.
Matías Raimondo, músico viajero

“Me hiciste emocionar”, le dice tímidamente una joven mientras le suelta un billete en la funda de su guitarra. “Extraño mucho la Argentina”, agregó. Ambos son compatriotas y la plaza donde se produce el diálogo es en Berlín, Alemania. Ella vive allí desde hace años, él es un artista callejero que viaja con su música por Europa.

La canción que los conectó fue Vasos Vacíos. de Los Fabulosos Cadillacs, un clásico nacional, un tema del repertorio de Matias Raimondo (32). Es compositor, intérprete y sobre todas las cosas, amante de los nuevos destinos y los sonidos. Siempre supo que quería vivir de eso, la música, y tener su primer disco. La pandemia, lejos de frenarlo, solo le brindó la posibilidad de hacerlo.

Oriundo de La Plata, provincia de Buenos Aires, se crió entre los sonidos inconfundibles de bandas como The Beatles, Queen, The Police, Soda Stereo y Los Abuelos de la Nada. No sé quien encontró a quien dice, mis papás siempre ponían música de fondo y creo que fue algo muy natural para mí. No era una casa silenciosa”, le cuenta a Infobae. “Soñaba con dedicarme profesionalmente, pero por miedo no lo hice”, se lamenta.

Al cumplir 18 años prefirió ir por lo seguro. Estudió Licenciatura en Hotelería y Turismo, se recibió y trabajó en el rubro, aunque la música siempre volvía. Formó bandas, hizo presentaciones acústicas, animó eventos. Dice que cantar y tocar la guitarra lo agiganta.

“Estaba trabajando en un hostel de San Telmo cuando decidí renunciar. Me propuse ir detrás de mi sueño: grabar mi primer disco”, recuerda. Para eso necesitaba dinero, algo con que no contaba. Sin pensarlo mucho dejó su trabajo, su casa, juntó algo de ahorros, sacó un pasaje y voló….

Cádiz, España
Matías, con su guitarra en Cádiz (taralowryphotography)

Viajar con una guitarra bajo el brazo

En diciembre de 2019 -un mes antes de que el coronavirus llegara a Europa- puso los pies en Madrid. Estuvo dos días caminando: calcula que hizo unos 40 kilómetros seguidos, porque no paró. “Fui a todos los sellos de la ciudad, a conocidos, contactos que me refirieron y a distintos lugares que le podría interesar mi música… pero ya se asomaba la pandemia, y nadie quiso arriesgarse”, relata. Nadie le dio la oportunidad.

A medida que el virus iba expandiéndose, la posibilidad de conseguir trabajo fue quedando en pausa. Los primeros meses fueron muy duros, y al poco tiempo los pocos ahorros con los que contaba se terminaron. “Viajé a Sevilla para hospedarme con una amiga, por lo menos no me faltaría techo”, se lamenta.

La situación crítica -los casos de COVID-19 golpearon de lleno España- y la falta de rumbo se extendió más de lo que tenía previsto. Tuvo que pedir dinero prestado a conocidos, e incluso el consulado de la Argentina le brindó ayuda para sobrevivir. Tenía dos opciones: tratar de volver a casa, o aguantar un poco más.

La cercanía al verano 2020 mejoró el contexto sanitario, y Matías volvió a las calles con su arte. Primero en Sevilla, luego en Cádiz. Guitarra en mano bajo el sonido de grandes artistas del rock y pop nacional y también internacional.

Ahora dice que recauda un promedio de 100 euros por día en concepto de gratificación del público. No necesita pagar alojamiento porque realiza voluntariados en hostels. También conoció a gente en el camino que le abrió las puertas de su hogar.

La gente lo estimula, lo reconforta, lo conecta con desconocidos. “El público es todo, me da mucho amor“, dice. E incluso le da trabajo. “Una tarde en Lisboa me vieron tocar y me contrataron para un cumpleaños en un yate. Una experiencia inigualable, cantar desde la costa viendo el paisaje de Lisboa…”.

Eso no es todo. También formó un trío con músicos de Dinamarca y Macedonia para animar una boda en Croacia. “Nos pidieron interpretar Perfect de Ed Sheeran para el momento del vals”, recuerda como uno de los momentos más gratificantes.

En lo que va de esta aventura callejera lleva recorridos nueve países: Alemania, Macedonia, España, Albania, Portugal, Croacia, Turquía, Serbia y República Checa. Un total de 23 ciudades. “Comprobé que se puede vivir de la música, lo estoy haciendo por el mundo. Soy feliz”.

Luchador, va por más. “Ya toqué varias puertas porque quiero grabar mi primer disco. Ese es mi siguiente paso”.

Además de interpretar, Matias compone. “Antes de dejar la Argentina escribir Destinos Inciertos”. Una profecía que se está cumpliendo.

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Fuente: Infobae