De lo más divertida y cercana, la socialité demostró tener muy buena sintonía con todo el equipo de rodaje, que se preocupó de que la hija de Isabel Preysler se sintiese a gusto
MADRID, 16 (CHANCE)
Tras un verano en el que Tamara Falcó ha tenido momentos muy buenos pero en el que también ha sufrido un durísimo golpe con la muerte de su abuela Beatriz Arrastia, con la que tenía una relación muy especial, la Marquesa de Griñón ha comenzado el curso con las pilas cargadas y con muchas ganas de llevar a cabo sus nuevos proyectos profesionales. Y si hace unos días reapareció en ‘El Hormiguero’ tan habladora y ocurrente como siempre, ahora la hemos pillado ejerciendo de modelo por las calles de Madrid.
En esta ocasión la socialité mostró su lado más profesional durante una maratoniana jornada de trabajo para una de las marcas de la que es imagen en una de las zonas más exclusivas de la capital, rodeada por estilistas, fotógrafos y asistentes que no la dejaron sola en ningún momento a pesar de la lluvia y en la que Tamara demostró su buena sintonía con todo el equipo.
Demostrando el buen ambiente de trabajo y su lado más amable, la hija de Isabel Preysler, radiante, lució una gran sonrisa en el rostro durante toda la jornada para la que lució un pantalón vinílico en color negro, jersey gris y stilettos en color beige de los que no dudó en bajarse durante los descansos del rodaje. Volviendo al exclusivo hotel Ritz de Madrid durante los ratos de lluvia, Tamara ha comenzado la nueva temporada con una agenda repleta de compromisos profesionales con los que seguir cosechando éxitos.
Muy discreta con su vida privada, la socialité acaba de celebrar su primer aniversario de amor con Íñigo Onieva, con quien vive un momento dulce y con quien, tras superar los constantes rumores de crisis que rodean a su relación, suenan cada vez más fuerte campanas de boda.
