No es común que en un concierto de Marc Anthony, uno de sus asistentes llame tanto la atención como el mismo artista; sin embargo, el pasado viernes 19 ocurrió algo atípico por cuenta de un colombiano que logró sorprender incluso al salsero puertorriqueño.
Federico Arango, un joven paisa de 26 años que estaba en primera fila del concierto brindado por el artista en Miami, derrochaba tanta felicidad como el resto de los 20 mil asistentes al evento. Al igual que él, su familia estaba ubicada dentro de las primeras diez filas del Miami Arena y antes de captar la atención del salsero, lo hizo primero con su staff por cuenta del júbilo emitido cada que empezaba una nueva canción. Fue dirigido hasta la base de la tarima para tener más cercanía con el cantante y en ese momento comenzó a hacerse realidad un sueño para el colombiano.
Una vez estuvo cerca del puertorriqueño, empezó a bailar mientras era filmado por muchos teléfonos celulares, cuyos dueños animaron al joven con síndrome de Down. La emoción llegó cuando Marc Anthony empezó a danzar sobre el escenario mientras miraba a Federico, quien replicaba sus pasos. Los aplausos no se hicieron esperar y menos cuando el artista se arrodilló y tocó la mano del Arango mientras seguía cantando.
El paisa sumó un amigo más a su lista, pues es toda una figura en Medellín. De hecho, es muy conocido por haber trabajado en la oficina del entonces alcalde de aquella ciudad, Federico Gutiérrez.
¿Su labor? Ser la ‘mano derecha’ del mandatario radicando la documentación que llegaba a su despacho; incluso, desde el primer momento que se conoció con Gutiérrez, este decidió contratarlo debido a la simpatía del joven que tenía un mensaje motivador en la camiseta que vestía en aquella ocasión: estaba impresa la palabra ‘discapacidad’ pero con la sílaba ‘Dis’ marcada con una x.
A partir de allí se convirtió en una reconocida figura de la capital antioqueña y el pasado viernes añadió al intérprete de ‘Flor pálida’, ‘Vivir mi vida’ y ‘Valió la pena’ entre otros éxitos, a su lista de amigos. Y cómo no hacerlo, si desde hace más de 10 años se convirtió en su ‘terapeuta musical’. Otro de sus grandes amigos es ni más ni menos que el volante de la Selección Colombia, James Rodríguez, con quien de acuerdo con el diario El Tiempo, conversa a la distancia desde hace varios años.
No es la primera vez que el cantante es admirado por este tipo de gestos. En septiembre, brindó un concierto en la ciudad de Nueva York, exactamente en el Barclay Center, y ante miles de fanáticos cantó buena parte de su repertorio. Frente al escenario, estaba un joven invidente disfrutando del show con su papá, de nombre Johnny Rivera. Ambos bailaron las canciones que el artista entonó y hubo un momento en que el cantante se percató de que los sujetos estaban junto a la tarima, y fue ahí cuando Rivera le dijo al salsero que su hijo sufre de discapacidad visual.
La respuesta del artista fue admirable: pidió ayuda para bajarse de la plataforma, saludó al joven y le cantó al oído un fragmento de ‘Vivir mi vida’ ante la mirada sorprendida de su progenitor; al mismo tiempo, miles de fans aplaudieron el gesto que fue replicado por el mismo Rivera.
A través de redes sociales, ambos actos se volvieron muy populares y resaltaron lo hecho por el puertorriqueño que, de hecho, es muy aclamado en muchos lugares de Estados Unidos.
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